Vestido de un elegante sport, acompañado por dos abogados y rodeado por una multitud de periodistas y fotógrafos que aguardaron su salida, dejó la magistratura de Macclesfield, ubicada a unos treinta kilómetros al sur de Manchester, donde vive, Carlos Tévez esta semana. El jugador del Manchester City lejos de utilizar sus posibles influencias para obtener algún rédito, se hizo cargo de la condena que la Justicia del Reino Unido le impuso por haber manejado sin registro y sin seguro el pasado 7 de marzo.
El delantero se declaró culpable ante esa corte, ante la que respondió en español, con la ayuda de un intérprete. “Señor Tévez, tiene que darse cuenta de que usted es un referente para miles de seguidores, sino millones, y nadie está por encima de la ley. Usted no debería haber estado conduciendo”, dijo la jueza Elizabeth Depares al dictar la sentencia que le cayó al jugador estrella del mejor equipo de Inglaterra.
Ahora Tévez, quien se encontraba con su mujer Vanesa Mansilla cuando lo detuvieron, deberá cumplir 250 horas de servicios a la comunidad, se le retirará el carnet durante sies meses y tendrá que pagar además una multa de 1.500 dólares.
Infracción. El delantero fue detenido el 7 de marzo y, posteriormente, puesto en libertad bajo fianza por la Policía cuando conducía un Porsche Cayenne de color blanco, sin registro y sin seguro por la carretera A538. Fue Vanesa quien tuvo que irse manejando con el vehículo. El jugador no tenía registro porque el tribunal británico se lo había retirado el 16 de enero, después de que Tévez no respondiese a diversas infracciones que recibió de la Policía por exceso de velocidad porque no entendía, según dijo, su contenido en inglés. El abogado de Tévez, Gwyn Lews, explicó entonces que el delantero entiende la palabra “police” (“policía”), pero no “constabulary”, que se refiere en inglés a las fuerzas del orden en localidades pequeñas, por lo que hizo caso omiso a las infracciones recibidas. Tévez llegó a Inglaterra en 2006 y siempre dijo que el inglés no es un idioma que pueda dominar.
