El chef e influencer gastronómico español Daniel Sancho podría ser condenado a muerte en Tailandia si se comprueba que mató y desmembró a su amigo y posible amante, el cirujano plástico colombiano Edwin Arrieta. Y solo la palabra del rey tailandés podría salvar de ese destino al joven de 29 años.
Sancho está confinado en la prisión de la paradisíaca isla tailandesa de Koh Phangan tras ser acusado de asesinar y descuartizar a Arrieta el pasado 2 de agosto. Según su propia confesión, mató al colombiano tras negarse a mantener relaciones sexuales con él y, tras desmembrarlo, escondió sus restos en distintos lugares de la isla.
El asesinato conmocionó a Tailandia, un país normalmente tranquilo. Y la gravedad del caso es tal que solo la clemencia del rey Maha Vajiralongkorn podría salvar a Sancho de ser ejecutado, tal y como pidió la policía tailandesa al finalizar la investigación. Aseguran que tienen las suficientes pruebas, entre ellas grabaciones, para condenarlo.
El chef español acusado de descuartizar a un colombiano podría ser ejecutado en Tailandia
Quién es el rey Maha Vajiralongkorn
La figura del rey Vajiralongkorn, también conocido como Rama X, es controversial en Europa, donde pasa la mayor parte del año. Pero el monarca y su familia cercana están protegidos por las estrictas leyes de insultos reales de Tailandia que los protegen de casi todas las críticas y pueden conllevar fuertes sentencias de 15 años de cárcel.
Recientemente, un tribunal sentenció a un joven a 12 meses de prisión por "difamación" después de asistir en 2020 a una protesta prodemocracia vistiendo un "crop top", una aparente referencia a las imágenes que aparecieron en algunos medios europeos varios años antes que aparentemente mostraban al rey con una prenda similar. "El rey tiene un estatus sagrado que no debe ser violado", dijo el tribunal en su sentencia.
La monarquía tailandesa está respaldada por el ejército archirrealista, que protagonizó más de una docena de golpes desde el fin del absolutismo en 1932 hasta el más reciente, en 2014. Si bien el país se vio sacudido por décadas de agitación política, la Constitución dice que la monarquía debe ser mantenida "en una posición de adoración reverenciada". Y por este motivo, todos se arrastran de rodillas en el suelo en presencia del rey.
Dos esposas actuales, tres ex esposas repudiadas y siete hijos
La vida privada de Vajiralongkorn escandalizó a sus padres durante décadas. Y las élites de Tailandia odiaron durante mucho tiempo los violentos cambios de humor del príncipe, sus extraños fetiches y los escándalos en los que se vio envuelto y que la corte tuvo que silenciar.
Tras la muerte del rey Bhumibol, en 2016, el príncipe heredó el trono y se sintió aún más libre para hacer lo que quisiera. Actualmente, el monarca tiene dos mujeres: su esposa oficial es la reina Suthida, mientras su concubina oficial es una exenfermera apodada "Koi".
Apenas unos días antes de la coronación en 2019, el rey se casó con su amante Suthida y le dio el título de reina consorte. Exazafata de Thai Airways, la reina tuvo que acostarse en el suelo cuando el rey le dio un regalo durante la ceremonia de matrimonio.
Meses después, el rey hizo historia al convertir a su amante, Koi, en la "segunda reina "del país, a pesar de haberla encarcelado anteriormente por "faltarle el respeto" a la reina Suthida. Durante mucho tiempo se desconoció su paradero, y se rumoreaba que estaba en la cárcel o muerta.
El rey tiene siete hijos de tres matrimonios anteriores, todos los cuales terminaron en divorcio. La princesa Bajrakitiyabha es la única del rey que nació de su primera esposa, la princesa Soamsawali, con quien se casó en 1977. Paralelamente mantenía una relación con la actriz Yuvadhida Polpraserth, con quien llegó a tener un total de cinco hijos y una tumultuosa relación.
En 1996, Vajiralongkorn ordenó el exilio de sus primeros cuatro hijo varones después de acusar a Yuvadhida de haber cometido adulterio. Desde entonces, el rey no mantuvo contacto con ellos y tampoco pagó por su alimentación y educación.
En 2001 se casó con su tercera esposa, Srirasmi Suwadee, y la describió como una mujer "modesta y paciente" que "nunca dice cosas malas a nadie". En 2007, imágenes publicadas en internet mostraban a la pareja organizando una fiesta de cumpleaños para su caniche "Foo Foo", que tenía el rango oficial de Mariscal de la Fuerza Aérea.
En los videos se ve a la princesa Srirasmi, una ex camarera nunca aceptada por sus suegros, cantando "feliz cumpleaños" al perro en topless, y también arrodillada y comiendo de un plato para perros.
En 2014 Vajiralongkorn expulsó del palacio a su esposa después de que varios miembros de su familia fueron arrestados como parte de una investigación de corrupción policial y acusados de 'lesa majestad'. La ex princesa ahora permanece encerrada en una granja remota del país sin poder ver a su hijo.
El rey suele pasar la mayor parte del año en Europa. En 2020, en plena pandemia, se dice que Vajiralongkorn pasó gran parte de su tiempo con una corte de "soldados sexuales" femeninos, que visten uniformes militares, un hotel de lujo de la ciudad turística alemana de Garmisch-Partenkirchen.
El rey había reservado todo el cuarto piso, que incluye una "sala de placer" y está decorado con "tesoros y antigüedades" de Tailandia, y al que los empleados tienen prohibida la entrada.
El rey tiene todo el poder en sus manos: también la vida de Daniel Sancho
Según la policía tailandesa, Sancho llegó a Tailandia el lunes 31 de julio y el jueves 3 de agosto, tres días más tarde, aparecían en un basurero los restos de su víctima: el cirujano plástico colombiano Edwin Arrieta Arteaga, de 44 años, con el que se le había visto pasear en moto por la isla, según unas imágenes de cámaras de seguridad.
Actualmente, mientras en Bangkok se realizan manifestaciones para democratizar la monarquía que son cada vez más masivas y violentas en las calles, el rey Vajiralongkorn acumula poder, tomando el control personal del patrimonio real y de todos los fondos reales, asumiendo el mando directo de las tropas, inmiscuyéndose en el proceso de gobierno e incluso enmendando la constitución de Tailandia para permitirle gobernar desde el extranjero.
En los últimos años, la ONU pidió reiteradas veces a Tailandia que modifique sus leyes de "lesa majestad", pero con poco éxito, y los disidentes y críticos de la monarquía ahora corren el riesgo de ser "desaparecidos" por completo.
En ese marco, Sancho deberá acudir a la presencia del rey para que, en su clemencia, le conmute la pena de muerte por una menor, de prisión perpetua. Esto ocurrió con otro ciudadano español, Artur Segarra, cuya condena a muerte que cambiada por cadena perpetua en 2020.
En Tailandia, la pena máxima se aplica en casos excepcionales de funcionarios de gobierno o agentes de fuerzas de seguridad, y hasta el momento no trascendieron casos de que se aplique a ciudadanos extranjeros. Contra el joven español pesan graves acusaciones: según la versión policial, Sancho le dio un golpe a Arrieta y, una vez muerto, lo cortó en pedazos. "No fue un accidente. Estaba planeado", afirmaron los investigadores.
La policía tailandesa insiste en el que este suceso no fue un accidente sino de un "asesinato premeditado", ya que Daniel habría comprado el material antes de que el cirujano colombiano llegara a ala isla. Se dijo que la camisa de Edwin muestra signos de apuñalamiento en el pecho, por lo que podría ser la causa de muerte, tal y como confirmó el español en su declaración: "Daniel confesó que apuñaló a Edwin en la parte derecha del pecho".
Sancho tardó unas tres horas en descuartizar el cuerpo, por lo que se quedó una noche más en la habitación del hotel para limpiarlo todo. "Daniel confirmó que mató a Edwin porque quería dejar la relación y el colombiano se negaba", dijo la policía en su acusación, asegurando que se trata de un asesinato premeditado y que por lo general en estos casos, se suele pedir la pena de muerte.
La ley tailandesa establece un plazo máximo de 84 días hasta el inicio del juicio desde que el preso entra en un régimen ordinario de detención, con lo que este debería empezar como máximo a principios de noviembre. "El proceso del juicio puede durar largo tiempo en los casos de asesinato y descuartizamiento", explicó el abogado independiente Ronnarong Kaewphet, ajeno al caso.
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