La cotorra argentina se convirtió en una de las especies exóticas invasoras, según lo demostró un estudio internacional publicado en la revista Ornithological Applications. Esto alerta a varias regiones del mundo, como por ejemplo en Europa donde crece la preocupación por el ruido, el deterioro de la biodiversidad y los daños en infraestructuras, o en Argentina, Brasil y Uruguay, donde hay preocupación por el impacto que puede tener en la agricultura.
El informe realizado por investigadores de la Universidad de Málaga (España) advierte que esta especie fue introducida por el hombre como mascota. Según el estudio, el avance se vincula en más del 50% a la actividad humana, principalmente en zonas densamente pobladas donde fue liberada por sus dueños ante la intensidad de los ruidos.
En Argentina, estas aves pueden generar importantes pérdidas al alimentarse de cultivos como maíz, girasol, sorgo y frutales, por eso se emplean medidas son más puntuales y localizadas, con algunos productores recurriendo a ahuyentadores sonoros, redes o caza ocasional.
El modelo global también identifica zonas de alto riesgo aún no colonizadas, como Australia, Nueva Zelanda, Marruecos, Sudáfrica e incluso buena parte de Asia (Omán, Yemen, Bangladés, Malasia peninsular, Vietnam y Tailandia,).
En muchos de estos lugares, las condiciones climáticas y ecológicas son favorables, por lo que los autores del estudio instan a tomar medidas preventivas antes de que sea demasiado tarde.