Caminar más rápido después de los 60 puede ser clave para mantener la salud y prevenir la fragilidad. Así lo revela un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chicago que demostraron que aumentar la velocidad de caminata en apenas 14 pasos por minuto mejora notablemente la condición física de los adultos mayores, incluso en quienes ya presentan signos de debilidad.
En este marco, caminar es uno de los ejercicios más recomendados para la tercera edad, por su bajo impacto y facilidad de práctica. Sin embargo, esta nueva investigación, publicada en la revista científica PLOS One, revela que no basta con sumar pasos: lo que realmente importa es la velocidad a la que se camina.
El equipo liderado por el doctor Daniel Rubin se enfocó en medir objetivamente la intensidad del ejercicio a través de la cadencia de la marcha (el número de pasos por minuto). Para ello, realizaron un estudio con adultos mayores residentes en centros especializados. Un grupo caminó a su ritmo habitual, mientras que el otro fue animado a caminar "tan rápido como fuera seguro".
Los resultados del estudio son contundentes: los adultos mayores que aumentaron su cadencia en al menos 14 pasos por minuto (pasando de una media de 100 a 114 pasos) experimentaron mejoras significativas en su capacidad funcional. Caminaban distancias más largas, se sentían menos fatigados y mostraban mayor autonomía en su día a día.
“Las personas que no han experimentado la fragilidad no pueden imaginar la gran diferencia que supone no cansarse al ir al supermercado o no tener que sentarse mientras están fuera”, señaló el doctor Rubin.