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Opinión

Hablemos de la menstruación

Llegó la hora de llamar a las cosas por su nombre, de pensar y hablar de la menstruación y la necesidad de pensar políticas públicas que aborden una situación muy puntual, que a las mujeres en sectores más vulnerables evidentemente les causan desigualdad.

Después de la aprobación en el Congreso Nacional de la Ley de Aborto Seguro, Legal y Gratuito, aparece en el escenario el debate de otro tema muy importante para la salud sexual y reproductiva de las mujeres, que suele ser un tema medio tabú, que solo se trata con metáforas e insinuaciones, con palabras que esconden lo que realmente es, que es la menstruación, el período menstrual.

Aparece en el debate público con una serie de iniciativas que se han presentado en el Congreso y también un grupo de mujeres, funcionarias del Poder Ejecutivo, legisladoras del Congreso y funcionarias de municipios que se reunieron vestidas de rojo en la Casa Rosada hace algún tiempo para plantear que es necesario tener políticas públicas que aborden la problemática de la desigualdad que genera la menstruación.

Pensemos que una mujer en situación de vulnerabilidad. Quizás no tiene o no puede destinar el dinero que requiere la compra una toallita o tampón y eso le genera la imposibilidad de ir a trabajar o para una chica, la imposibilidad de ir al colegio. Ahora hay otras cosas, como las copas menstruales, que son reutilizables. Si el Estado pudiera brindar a esos sectores más vulnerables alguna herramienta de este tipo se podría evitar que signifique una pérdida laboral o de un día de clase para esos sectores.

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Quién puede hablar de qué

El hecho de no poder acceder a los productos del cuidado que cuestan hasta una asignación universal por hijo al año. Esto es un cálculo que ha hecho el Ministerio de Economía por una funcionaria que se llama Mercedes Alessandro, experta en temas justamente de equidad y género, que está planteando la necesidad que las políticas públicas tengan también esta mirada. El último proyecto tenía que ver con plantear que las mujeres que faltan a la escuela tengan al menos una falta justificada al mes si sufren dolores menstruales para que no sean castigadas en caso de acumular faltas.

¿Y qué genera esto? Por lo general mucha burla. Viviana Canosa, Eduardo Feinmann, que plantean que lo último que falta es que el Estado gaste plata en tampones. ¿Por qué no se las arreglan solas las mujeres? Algunos desinforman planteando que va a haber un Ministerio de la Menstruación y otros simplemente se burlan de esta situación. Y la verdad es que lo que hay que hacer es llevar este debate a la esfera pública y tratar sobre todo de desarmar argumentos que son de mucha ignorancia y de mucha indiferencia respecto de las mujeres puntualmente.

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Es evidente que las mujeres que menstruamos hasta el momento de la menopausia entre 3 y 7 días al año, algunas con dolores, otras sin dolores, tenemos en esa situación una diferencia con los varones, y que si en los sectores vulnerables no pueden acceder al cuidado, están en una situación de desigualdad respecto de los varones, pero también en una situación de desigualdad respecto de mujeres que sí pueden.

Hay políticas públicas que se pueden hacer muy eficaces, como por ejemplo apareció ahora la copa menstrual, que es un elemento reutilizable que podría utilizarse en los sectores más vulnerables, porque además la están utilizando mucho las chicas más jóvenes ahora por un tema de medio ambiente, pero también por un tema de con una copa tienen un uso de larga duración que permitiría evitar este problema.

La verdad es que las burlas creo que tienen que ver con van a buscar en realidad en ese tema que parece incómodo, que parece tabú, estas venida, estoy indispuesta, estoy con la regla, estoy en esos días. Bueno, llegó la hora de llamar a las cosas por su nombre, de pensar y hablar de la menstruación y la necesidad de pensar políticas públicas que aborden una situación muy puntual, que a las mujeres en sectores más vulnerables evidentemente les causan desigualdad.