Ataque sobre la localidad de Talteta, en la región siria de Idlib. Los Guardianes de la Revolución iraní lanzaron misiles balísticos contra objetivos en ese país y en Irak.
Los destinos fueron un cuartel general de espionaje y una congregación de grupos terroristas anti iraníes en Erbil, la capital del Kurdistán iraquí. Murieron cuatro civiles y otros seis heridos.
La ofensiva se dio en medio de la guerra en Gaza que también provocó hostilidades en el mar Rojo entre los rebeldes hutíes de Yemen y Estados Unidos.
El líder de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, los elogió a la espera de que estos esfuerzos continúen hasta la victoria.
El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, dijo que Washington condena fuertemente y se opone a los ataques con misiles de Irán, que calificó de “irresponsables”, indicando que socavan la estabilidad de Irak.
Por su parte, el ministerio iraquí de Relaciones Exteriores condenó los disparos, y denunció un "ataque contra la soberanía de Irak y la seguridad de su pueblo".