Aunque desde su aparición a principios de 2020 el Covid-19 ha provocado más de 4,55 millones de fallecimientos, las probabilidades de morir por esta enfermedad estando completamente vacunado, aunque no son nulas, son escasas, y muchos otros factores tienen más chances de matar a las personas. Sin embargo, entre los no vacunados, el coronavirus todavía puede ser bastante letal, especialmente para los ancianos y aquellos con enfermedades crónicas.
Así lo reveló un informe que realizó el medio Daily Signal, basado en estadísticas de las autoridades sanitarias estadounidenses, que intenta demostrar a una población escéptica la eficacia de las vacunas anti Covid-19 para salvar vidas. Así, la publicación muestra que una persona menor de 65 años que ya recibió las dos dosis de la vacuna, tiene probabilidades significativamente más bajas de morir por esa enfermedad que por la picadura de una abeja, por el ataque de un perro o alcanzados por un rayo.
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Estos datos se publicaron justo cuando las tasas de hospitalizaciones y fallecimientos por coronavirus están aumentando alarmantemente en todo EEUU, y la gran mayoría de las nuevas víctimas mortales y los casos graves corresponden a personas no vacunadas. Aún así, más de 25% de los adultos estadounidenses que pueden vacunarse se niegan a hacerlo por miedo a sus efectos.
El estudio, que reúne cifras de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU muestra que para las personas mayores de 65 años y no vacunadas, que ya tuvieron la enfermedad, las posibilidades de morir por Covid-19 son 1 de 8, un poco menos que por una enfermedad cardíaca (1 de 6) o cáncer (1 de 7).
Con respecto a las personas no vacunadas y menores de 65 años que ya cursaron la enfermedad, las probabilidades de morir por coronavirus se sitúan en 1 de 240, teniendo más chances de morir por una enfermedad respiratoria, por suicidio, por sobredosis de opioides, por una caída, o por un accidente en vehículo motorizado, según la publicación.
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En relación a los mayores de 65 con dos dosis de la vacuna contra el coronavirus, independientemente de si tuvieron la enfermedad, las probabilidades de morir por esta enfermedad se reducen a 1 de 25.000.
De esta forma, tienen más chances de morir por un asalto armado, un accidente peatonal, un accidente en moto, ahogamiento en agua, incendio, ahogamiento por comida, golpe de calor, la descarga accidental de un arma, electrocución, radiación o temperaturas extremas.
Entre tanto, en menores de 65 años completamente vacunados, hayan tenido o no la enfermedad, las probabilidades de fallecer por Covid-19 se reducen a 1 de 550.000.
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Sumadas a todas las causas anteriormente mencionadas, también tienen más probabilidades de morir por accidente con objetos cortante, por tormentas, por picaduras de avispones, avispas o abejas, por ingerir bebidas calientes, por ataque de un perro o por ser alcanzado por un rayo.
La oleada “antivax” que se vive en EEUU, que llevó a millones de estadounidenses a no vacunarse, estuvo alimentada por teorías conspirativas (muchas de ellas apoyadas por líderes políticos) que se basan en la premisa de que las vacunas sólo se han aprobado para su uso en caso de emergencia, o en afirmaciones infundadas de que las vacunas incluyen microchips para rastrear a los ciudadanos.
El grupo contra el odio digital Center for Countering Digital Hate (CCDH) mencionó a principios de 2021 a decenas de activistas antivacunas en EEUU que reunían en conjunto unos 59 millones de seguidores en las redes sociales. Según la investigación, fueron responsables del 65% de la desinformación contra las vacunas y las teorías conspirativas que circularon en Facebook y Twitter entre febrero y marzo de 2021.
Al 30 de agosto, el covid-19 causó más de 4,5 millones de fallecidos desde que se descubrió el virus en China en diciembre de 2019. En la actualidad, se producen 10.000 muertos cada día en el mundo, una cifra mucho menor que el récord global alcanzado en enero de 2021 (con una media de 14.800 fallecidos diarios), pero un 30% superior a los números de principios del verano boreal (7.800 casos a principios de julio).
