El consumo de tabaco produce alteraciones genéticas cuyas consecuencias pueden hacerse visibles aún años después de haber dejado de fumar, según un estudio realizado en Estados Unidos.
La investigación, realizada por el Instituto Nacional del Cáncer estadounidense y publicado por el diario Clarín, revela que fumar afecta a los genes que regulan la división celular, por lo que el cáncer de pulmón no necesariamente es consecuencia del hábito activo
De esta forma, se llega a una conclusión que permitirá entender aún más la relación entre el cigarrillo y el cáncer, e incluso llegar a prevenirlo.
El estudio fue hecho sobre 74 casos de pacientes afectados por esa enfermedad de entre 44 y 79 años.
Fuente: Telam