SALUD
UNA ENFERMEDAD "socialmente CONTAGIOSA"

Para no engordar, hay que ser soltero o comer chicle

Investigadores, médicos y nutricionistas develaron nuevos métodos para luchar contra laobesidad en los EE.UU. Uno de los estudios científicos detectó que entre los casados el peso aumenta en mayor medida.

1024chicleglobo468
| Cedoc.

Nueva Orleans – Ser soltero o comer chicle ayudan a mantener un peso estable, indicaron estudios presentados en una conferencia sobre obesidad en los Estados Unidos, donde 1.800 investigadores, médicos y nutricionistas se reunieron para develar nuevos métodos de lucha contra el sobrepeso.

En la conferencia en Nueva Orleans, al sur del país, fue presentado un estudio que tomó como muestra a 8 mil jóvenes norteamericanos durante cinco años y que reveló que hay más probabilidades de engordar una vez que la persona está casada.

Con la edad, todo el mundo gana peso: en general las mujeres obtienen siete kilos y los hombres once, según el trabajo de la Universidad de Chapel Hill (Carolina del Norte, sureste). Pero si se está casado, el peso aumenta en mayor medida. De hecho, la investigación reveló que los hombres aumentan 13,5 kilos y las mujeres 11.

“¿Es la relación amorosa o el compartir el mismo hogar, el mismo ambiente, la causa?”, se preguntó, de hecho, Penny Gordon-Larsen, una de las autoras del estudio, quien optó por la segunda opción. Por su parte, la coautora del estudio, Natalie The, indicó que “ hay muchas razones, como tener hijos o la falta de tiempo para hacer ejercicio”.

Inclusive, este verano, una serie de investigaciones que dio a conocer el New England Journal of Medicine demostró que la obesidad puede ser “socialmente contagiosa” y frecuentar amigos obesos puede ser un factor para que la persona también presente sobrepeso (57 por ciento más de riesgos).

“Deberíamos utilizar la influencia que el compañero puede tener sobre el otro en la pareja para tener una mejor higiene de vida”, afirmó Gordon-Larsen. Otro estudio realizado con 357 parejas en las que uno de los cónyuges era diabético y siguió un intensivo programa alimenticio y de ejercicios demostró que el esposo o la esposa que no recibió el tratamiento también perdió peso.

En otro campo de estudio, la científica escocesa Marion Hetherington de la Universidad Glasgow Caledonian, quiso verificar que la goma de mascar disminuye el hambre. La investigadora invitó a 60 personas a comer chicle en un laboratorio mientras preparaban comida o antes de comer.

Comparativamente con los que no masticaron el producto, la sensación de hambre disminuyó. En total, “se redujo la ganancia de calorías en 46 kcal”, afirmó esta profesora en biopsicología. Otros trabajos de investigación insistieron en que es el masticar lo que ayuda a obtener una sensación de saciedad.

Julie Flood y Barbara Rolls de la Universidad Park (Pensilvania, este) estudiaron los efectos de comer frutas enteras picadas, en compota o en jugo. Ellas dieron manzanas en las diferentes presentaciones a unas 60 personas. Cada individuo consumió 152 kcal, sin importar la forma como comió la fruta. Luego se les ofreció una comida normal.

Los que consumieron la manzana entera comieron menos que los que la ingirieron en compota, y bastante menos que las que la tomaron en jugo. “Comer una fruta tiene un efecto significativo sobre la ganancia de energía de la siguiente comida, al menos 15 por ciento”, concluyó Julie Flood.