Mientras en Argentina y varios países de la región se mantienen desde hace ya varias semanas en una situación notablemente favorable en relación al coronavirus, en Alemania, por ejemplo, la denominada “cuarta ola” de contagios mantiene fuertemente tensionado al sistema de salud. Por eso, la canciller Ángela Merkel decidió este jueves recortar las actividades sociales de aquellas personas que no estén vacunadas contra la enfermedad.
“Vamos a organizar actividades culturales y de ocio en toda Alemania, pero solamente para las personas vacunadas o recuperadas”, dijo Merkel al anunciar la regla “2G”, mediante la cual habrá un programa diseñado para que quienes tienen colocada las dosis contra el coronavirus puedan acceder a una vida normal y sin restricciones. La normativa, sostienen los medios alemanes, es un salvoconducto que también alcanza a personas que tuvieron la enfermedad.
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De acuerdo al mensaje de la primera ministra, la ley “será extendida al comercio minorista, a excepción de las tiendas de productos básicos”. De ese modo, sostuvo que sólo podrán acceder a comercios no básicos aquellos que porten el certificado “2G”.
Las nuevas restricciones llegan a una Alemania cuya situación sanitaria ha empeorado y los casos se incrementaron al punto que se habla de la “cuarta ola” de contagios. Eso, en un contexto en el que hasta hace poco tiempo había poca aceptación a la obligatoriedad de las vacunas, aunque afortunadamente eso comenzó a revertirse en el último tiempo.
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Qué se puede hacer y qué no en Alemania
Mientras llega a la etapa final de su presidencia al frente de Alemania, Merkel decidió endurecer medidas para evitar aglomeraciones y disminuir los riesgos de que se incremente aún más la cantidad de contagios. Entre las medidas, prohibió los festejos de fin de año con fuegos artificiales, que son motivo de encuentros multitudinarios.
A su vez, de acuerdo a la información de AFP, los clubes y los boliches tienen la obligación de cerrar sus puertas en caso que se excedan los 350 casos, algo que ya ocurrió en muchas regiones del país.
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En Alemania, después de la mitad del año se había empezado un proceso de flexibilización del uso de barbijos, como ocurrió en gran parte de los países del mundo. Sin embargo, la nueva etapa de contagios en ese territorio ya ocasionó que ese proceso se torne inverso. Es que el gobierno alemán decidió que vuelva a ser obligatorio el uso en las escuelas del país.
Esas medidas generales se agudizan más para quienes no estén vacunados, cuyo margen para participar de actividades sociales es y será todavía más rígido, al menos mientras no tengan el certificado del gobierno.
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"Desde el punto de vista de la medicina intensiva y de urgencia, la situación de la pandemia nunca fue tan amenazante y grave como ahora", fue el diagnóstico que hicieron desde la Asociación Alemana de Medicina Intensiva, que reclama una cuarentena parcial de la población.
En los próximos días, el Parlamento alemán debatirá la obligatoriedad de la vacunación, algo que ya es un hecho en países de la región como Austria. Desde febrero podría empezar a aplicarse.
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