SOCIEDAD

¡A comer crías de cabras clonadas!

CFK, empresarios afines a Moreno y especialistas impulsan el consumo de su impopular carne.

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| cmilenium.com

Por Silvina Fiszer Adler (*)

Con el objetivo de fomentar el desarrollo de la ciencia y la tecnología en el rubro agropecuario, la presidenta Cristina Kirchner inauguró el 10 de junio un laboratorio de clonación de cabras ubicado en la localidad bonaerense de Marcos Paz. Se trata de un proyecto ambicioso que cuenta con el aval económico del Estado y que está orquestado por el empresario Miguel Mellano, el mismo que hace unos meses estuvo al frente, a pedido de Guillermo Moreno, del plan “Pescado para todos”.

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Durante el evento, la mandataria destacó que en el país la ciencia y la tecnología aplicada en la ganadería y la agricultura, entre otras áreas, “debe ser el futuro de los próximos 100 años” y consideró que, a partir de la tecnología desarrollada en ese centro, se podrían "vender embriones" a "50 mil familias en la Argentina -sobre todo en zonas marginales- que se dedican a ofrecer carnes alternativas como la caprina".

¿Se avecina, entonces, el consumo de carne proveniente de cabras clonadas? Según explicó a Perfil.com el doctor Daniel Salamone, profesor de la Facultad de Agronomia de la Universidad de Buenos Aires e investigador del Conicet, “ clonar un animal es un proceso tan caro que su objetivo final no va a ser el consumo, va a ser usarlo como reproductor. Los clones potencialmente pueden tener sutiles diferencias. Pero los hijos de los clones son perfectamente indistinguibles de un animal no clonado”.

En consecuencia, los animales serían puramente destinados a usarse como reproductores. “Son animales, hijos de animales que tienen una genética muy valiosa y una forma de tener mayor número de esos animales de valor es reproducirlos por clonación. Los hijos de los animales clonados son los que sí se podrían consumir”, agrega Salamone, y explica que la clonación en el área agropecuaria “es una tecnología de punta que va a favorecer. Es para desarrollar el sector”.

“En general, la clonación con fines agropecuarios se realiza para obtener animales destinados a la reproducción, por lo que eventualmente lo que llegaría al mercado serían los 'alimentos obtenidos de animales convencionales que descienden (por medios naturales) de clones animales'”, aclaran desde la dirección de Biotecnología que depende del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.

Regulación. Según la dirección de Biotecnología, en Europa el consumo de alimentos obtenidos de clones no está prohibido -“salvo en un solo país, cuya decisión no está basada en evidencia científica alguna”, aclaran-. “Al contrario, la autoridad de la Unión Europea para la sanidad de los alimentos (EFSA) realizó un estudio cuyo informe final indica que no se pudo identificar razón alguna para regular el consumo de estos productos”, explican desde la cartera. La misma aprobación obtuvieron los derivados de los clones por parte de la FDA, la Administración de Alimentos y Fármacos estadounidense.

A pesar de que el dictamen asegura que la leche y la carne derivadas de ganado clonado sano son adecuadas para el consumo humano y que la clonación animal no reviste consecuencias para el medio ambiente, ese informe también advierte que no se han llegado a estudiar los clones y sus crías a lo largo de toda su vida natural.

Desde el Ministerio argumentan que si bien es cierto que en Europa existen iniciativas para regular la carne obtenida de animales clonados y/o su progenie, éstas tienen un origen político más que sanitario o científico. En nuestro país, en cambio, la producción de alimentos derivados de clones animales y su progenie está supeditada a estrictos controles comunes. Por un lado, se supervisan las técnicas de reproducción animal asistida (como las ya usuales de inseminación artificial y transferencia de embriones). También se controla la cría de animales con fines pecuarios y, finalmente, la elaboración de alimentos.

“Tras investigar y analizar la cuestión, en la Argentina no se ha identificado la necesidad de elaborar regulaciones adicionales especiales para los alimentos derivados de animales clonados, lo cual hasta el momento coincide con la situación en numerosos países que también han analizado este tema, incluyendo la Unión Europea, Australia, Canadá, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Japón”, concluyen desde la dirección de Biotecnología.

Las ventajas de la carne caprina. Según explicó a Perfil.com el Doctor Ricardo Basile, Presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición, “lo importante desde el punto de vista médico es que cien gramos de carne de la cabrita o del chivito aportan casi la misma cantidad de proteínas que cien gramos de pollo o cien gramos de vaca, pero tiene siete veces menos cantidad de grasa saturada que la que tiene la carne de vaca”. La carne de cabra también tiene menos grasa que otros productos como el cerdo, el cordero, la merluza, el novillo y el pollo, agrega el especialista.

Según resalta Basile, el cabrito o el chivito, que es faenado a los 45 o 50 días y en ese período se alimenta sólo de leche, contiene la carne más tierna y sabrosa. No sucede lo mismo con la cabra. Por eso, el animal más chico se consume a lo largo del país, mientras que el animal maduro se cría y se consume más puntualmente en el noroeste argentino. Esto responde a las características de su producción: “La cabra tiene la capacidad de poder alimentarse de todos los tipos de planta y eso permite que se críe en los lugares más inhóspitos, más pobres”, analiza Basile.

Cuestión de costumbre. Para el nutricionista, si bien la cabra cuenta con grandes beneficios para la alimentación y su costo de producción es menor al de la carne vacuna, su uso no está difundido en todo el país por un tema de hábitos. “Es rica la carne de cabrito pero nosotros tenemos una cultura carnívora vacuna. Es una cuestión de pautas culturales, de gustos”, explica Basile.

Por su parte, desde la dirección de Biotecnología coinciden: “Los clones son animales genéticamente idénticos a otro, como los gemelos, y es así que no hay diferencias en los alimentos producidos a partir de ellos. La carne derivada de clones animales y su progenie no tiene características distintas a la carne de los demás animales de la misma especie. Su composición, valor nutricional, modo de elaboración y forma de consumo son las de la carne común, porque se trata de carne común”, analizan, y comparan estos alimentos con aquellos producidos a partir de plantas clonadas, presentes en el mercado desde hace mucho tiempo como las frutas.

Quién es Miguel Mellano. El titular de la cabaña Nuevo Milenium, donde funcionará el laboratorio de clonación de cabras que inauguró Cristina Fernández, es Presidente de la Asociación Mutual de Productores y Feriantes del Mercado Central de Buenos Aires y presidente de la Asociación Argentina Caprina. No es la primera vez que Mellano mantiene un vínculo cercano al Gobierno.

Según una nota publicada en La Nación el 18 de marzo de este año, un grupo empresario del cual participa Mellano -y que posee el centro de clonación recientemente inaugurado-, es dueño también de la inmobiliaria El Mundo, que se encargó, a pedido el secretario de Comercio Interior, del plan “Pescado para todos”, ese que en marzo puso a la venta pescado barato en el conurbano.

Sin embargo, los negocios del Gobierno con el grupo de Mellano en donde se ve la intervención de Moreno son algunos más: El Mundo desde hace 16 años gerencia, también, la feria minorista del Mercado Central, que está bajo la conducción de Moreno. Allí la inmobiliaria opera además sobre varios puestos, en donde incluso se venden productos elaborados por el mismo grupo empresario.

(*) De la redacción de Perfil.com