Es un símbolo de Buenos Aires. Mientras los turistas aprovechan para sacarse fotos con el Riachuelo, uno de los tres cuerpos de agua más contaminados del planeta, cerca de siete millones de argentinos padecen la terrible amenaza que supone convivir alrededor de una Cuenca repleta de metales pesados y que, según estimaciones, tiene el poder contaminante de 4 mil papeleras.
De acuerdo a datos de la Defensoría del Pueblo de la Nación –y que fueron presentados oportunamente en la demanda iniciada ante la Corte Suprema de Justicia-, casi un 15 por ciento de la población total de nuestro país está sometida a los "riesgos de una creciente contaminación" en la cuenca Matanza-Riachuelo.
Desde la Asociación de Vecinos de La Boca , una de las organizaciones que participaron en dicha presentación, su presidente, Rafael Alberti, denuncia que sigue existiendo “falta de voluntad política” para resolver el tema, pero asegura que la demanda presentada ante la Corte es “la gran esperanza para 2008”.
“ El Riachuelo está hoy produciendo muerte y contaminación. Lo tenemos a 20 cuadras de la Casa de Gobierno, esto es una política interna que hay que acordarla y hay que hacerla”, explicó Alberti.
“Esto tiene que ser una protesta masiva, que involucre a las 7 millones de personas que viven en la Cuenca”, afirmó el representante de los vecinos de La Boca, quien hace diez años trabaja intentando insertar el tema en las agendas de los políticos de turno.
El cuadro de situación en el Riachuelo y su entorno es alarmante: metales pesados en el agua, 150 basurales a cielo abierto, 60 barcos hundidos, 500 mil personas que viven en villas de emergencia y 3 millones y medio de personas sin servicios cloacales. “La combinación de todo esto es realmente insoportable e injustificable”, asegura Alberti, quien recuerda que una de las situaciones más críticas se vive en Dock Sud.
“En Villa Inflamable, vemos como están los chicos todos brotados, con los ojos irritados, hay muertes tempranas, zonas donde realmente se hace muy visible este problemática”, denunció Alberti. Además, explicó que uno de los principales escollos es la falta de presupuesto: “ En toda la cuenca Matanza - Riachuelo no hay un sólo servicio de toxicología, lo que dificulta aún más la investigación”.
Aunque por falta de estudios avanzados se desconoce la afectación directa que tienen sobre la salud, está confirmada la presencia de metales pesados como plomo, mercurio, cromo, xileno, etilbenceno, tolueno y algunos de los contaminantes pertenecientes a la denominada “Docena Sucia” en el ecosistema del Riachuelo.
También se debe tener en cuenta la influencia de los basurales a cielo abierto cercanos al curso de agua, que pueden ser foco de leptopirosis, hanta virus, enfermedades diarreicas, tétanos, parásitos y dengue.
Mientras tanto, los vecinos esperan una solución. Pero no lo hacen de brazos cruzados: su demanda contra el Estado argentino y las empresas radicadas en la zona está en la Corte Suprema de Justicia y ya vio pasar varias audiencias.
“ En la última audiencia fue tétrico, todos se desligaban de su responsabilidad. Las empresas no hubo una sola que asumiera su responsabilidad, parecía que lo que arrojaban era agua mineral, eso nos va a dificultar bastante el crecimiento en este camino”, finalizó Alberti.
Cámara: Juan Esteban León
Edición: Juan Esteban León y Hernán Lerinmann