Si bien en el calendario existen varias fechas propicias para poner en marcha la “rueda del dinero falso”, como es el caso de Semana Santa o multitudinarias fiestas populares como la peregrinación a la Difunta Correa, en la División Falsificación de Moneda de la Policía Federal explican que es durante las fiestas y las vacaciones cuando se produce el momento de mayor aumento en la circulación de billetes “truchos”.
El crecimiento del consumo en ésta época del año es tan acelerado, que termina atentando contra “las defensas” de una eventual víctima. Según reconocen expertos de la Policía Federal, las bandas de falsificadores locales se aprovechan de las corridas comerciales y el ingreso de turistas extranjeros desprevenidos para cambiar el dinero falso por el de curso legal.
“En los comercios suelen tomar los recaudos suficientes para detectar un billete falso, pero el caos que se produce en las fiestas es tan grande que muchos prefieren evitar los controles para acelerar las ventas y no espantar al cliente”, razona un jefe policial consultado para este informe.
La ruta del dinero. De acuerdo a las fuentes, se estima que existen entre cinco o seis “cuevas” que fabrican pesos argentinos de “mediana calidad”. ¿Cómo lo hacen? Utilizando una imprenta de alta fidelidad y un software con las matrices de los billetes (ver aparte). Con eso alcanza. Sin embargo, la calidad del billete dependerá también de la mano del “imprentero”, la persona encargada de disfrazar el papel, y el primer y principal eslabón en una banda de falsificadores.