El abogado Claudio Lifschitz, testigo que denunció irregularidades en la investigación del atentado a la AMIA, aseguró hoy que fue secuestrado por al menos tres hombres encapuchados en el barrio porteño de Villa Devoto, donde lo subieron a una camioneta, lo torturaron con un soplete y le dejaron marcas en el cuerpo.
Lifschitz, de 43 años, señaló a la prensa que fue raptado pasada la medianoche cuando transitaba con su coche, que fue interceptado por una camioneta, y después le escribieron en la espalda la palabra AMIA y un número en su brazo.
"Yo estaba en mi auto particular con mi secretaria y se me cruza una camioneta blanca, que me hace tirar hacia el cordón. Bajan tres personas armadas, se identifican como integrantes de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE)", relató el letrado.
Lifschitz fue secretario judicial que denunció al ex juez Juan José Galeano, al ex presidente Carlos Menem, la SIDE y otros funcionarios por "encubrir" el atentado a la mutual judía ocurrido el 18 de julio de 1994, con un resultado de 85 muertos y centenares de heridos.
El abogado contó que los hombres que lo raptaron estaban "con pasamontañas y cuando me hacen bajar de auto y subir por la puerta de atrás de la camioneta".
"Cuando me subieron a la camioneta me dijeron 'tirate al piso', me pusieron una bolsa de nylon en la cabeza, me ataron la manos atrás y permanente insistían en que 'no jodas más con la SIDE'", expresó durante un reportaje con el canal C5N.
Luego, añadió que los captores "estaban muy interesados en que les dijera si yo tenía copias de unos casetes que denuncié siempre que la SIDE tenía de los iraníes y que jamás lo aportaron a la causa".
Lifschitz comentó que de repente sintió "un ardor grande en el brazo" y se dio cuenta que le "marcaron un número de seis cifras".
"Después sentí unos cortes que me hicieron en la espalda. Dice AMIA en la espalda, que está tajeada", agregó el abogado, quien luego fue liberado por los hombres detrás de la Escuela de Cadetes de la Policía Federal "Ramón L. Falcón", situada en el barrio porteño de Villa Lugano.
El letrado fue abandonado en la calle, donde fue asistido por efectivos policiales y una ambulancia del SAME. Lifschitz fue prosecretario del polémico juez Galeano cuando el magistrado trabajaba en el caso del atentado a la AMIA, pero luego pasó a ser testigo fundamental al denunciar irregularidades en la investigación. El letrado había difundido en un programa de televisión una grabación relacionada al caso que comprometía a un policía bonaerense.