SOCIEDAD
Efemérides 22 de noviembre

Asesinato de John Kennedy: celos, excusas y venganzas a punto de salir a la luz

A 60 años de uno de los magnicidios más prolijamente difusos del siglo XX, las últimas investigaciones off the record encontraron más pistas y encubrimientos, algunos incluso macabros.

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Una nueva versión asegura ahora que la mafia estadounidense estuvo detrás del magnicidio, ocurrido al mediodía del 22 de noviembre de 1963 en el centro de Dallas (Texas). | CEDOC

Hace exactamente 60 años, John Fitzgerald Kennedy fue asesinado en la ciudad de Dallas, el 22 de noviembre de 1963, en el que fue uno de los magnicidios más resonantes del siglo XX.

La Comisión Warren, creada siete días más tarde por el vicepresidente Lyndon Johnson –ya presidente en reemplazo-, dio su primer informe el 27 de septiempre de 1964, pero siguió trabajando hasta 1978. De su informe quedaron algunas “certezas”. Se supo, por ejemplo, que Lee Harvey Oswald, el asesino, disparó solo contra el presidente demócrata y que preparó el magnicidio con cabeza fría y a solas.

La conclusión oficial de la Comisión Warren fue que los disparos que recibió John Fitzgerald Kennedy mientras el coche presidencial circulaba por la Plaza Dealey, a las 12:30 hora local fueron un magnicidio en solitario.

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22 de noviembre 1963: "Kennedy muerto, Lyndon Johnson presidente", titulaba la prensa.

Sin embargo, el shock popular, el hecho de que hubiera sido el cuarto presidente estadounidense que moría asesinado (los otros fueron Abraham Lincoln, James Garfield y William McKinley) y el octavo que fallecía mientras ejercía su mandato, fue siempre conmocionante e hizo que el caso nunca terminara de considerarse cerrado, no sólo en la imaginación popular sino en la pluma de varios expertos y testigos trasnochados.

Son unos cuantos los que siguen considerando que el magnicidio tuvo detrás una mano negra que apuntaba a URSS, Cuba, el propio vicepresidente Lyndon Johnson, el servicio secreto estadounidense, o incluso que el clan Kennedy revivía con esa tragedia un nuevo capítulo de las internas dentro de su propio partido o entre los republicanos.

El 15 de diciembre de 2022, 1.500 archivos secretos de la CIA y el FBI fueron desclasificados y publicados en los Archivos Nacionales de Estados Unidos, junto a 260.000 documentos que están en el National Park and Archives Administration (NARA), en College Park, Maryland.

Kennedy Asesinato Custodia
Desprolijidades: De la limusina que fue escenario del crimen, sólo se retuvo el parabrisas y el vehículo siguió utilizándose. Actualmente se exhibe en el museo de Henry Ford, en Dearborn Michigan.

Donald Trump había dado la orden de desclasificar 53.000 documentos secretos en 2017, para cumplir con una ley del año 1992 que así lo disponía y daba un plazo máximo de 25 años para cumplirlo.

Sin embargo, la administración Trump no hizo pública la cuestión por motivos de seguridad nacional, lo cual no hizo sino agigantar el aura top secret de las increíbles revelaciones que saldrían a la luz cuando la verdad emergiera.

Un manto de sospechas y desconfianzas seguía ensombreciendo a los servicios de inteligencia soviéticos, el comunismo africano, la mafia italiana y desde luego la memoria de Fidel Castro, fallecido en 2016 y con quien Lee Harvey Oswald había tenido algún contacto.

Asesinato de John Kennedy

Luego de asumir, el presidente Joe Biden prometió cumplir la ley. Sin embargo fue muy criticado. En síntesis, los informes desclasificados en 2022 no aportaron nada nuevo, excepto revelar qué pistas siguieron los investigadores del asesinato.

De hecho, para impedir que se apolillara en los estantes, casi todo el Informe de la Comisión Warren se digitalizo y comenzó a venderse por internet (888 páginas que son un facsímil de la presentación de 1964) en un precio que oscila entre US$ 27 y US$105, según se trate de encuadernación con tapa blanda o dura; la Editorial Seix Barral también publicó una traducción al español).

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Lee Harvey Oswald recibe un balazo del empresario Jack Ruby; lo llevaron al mismo hospital donde había estado John Kennedy dos días antes, pero murió. Su esposa dijo que era inocente.

Varias cosas no cierran del copioso informe Warren. Hay cuatro bien contundentes:

  • Lee Harvey Oswald había nacido en Nueva Orleans en 1939 y fue un eximio tirador en el Cuerpo de Marines de Estados Unidos. En 1959, se fugó de su país natal y desertó en la Unión Soviética. Vivía en Minsk, se casó con una rusa y en junio de 1962, en plena Guerra Fría –y diecinueve meses después de la derrota estadounidense en el desembarco en Bahía de los Cochinos (Cuba), planificada por la CIA, Oswald regresó a los Estados Unidos con su esposa, Marina, sobrina de un alto oficial de de la KGB, y no tuvo ningún inconveniente para ingresar a pesar de que era un marine desertor.
  • Luego de disparar contra Kennedy a las 12:30 hs, Oswald mató a otra persona más, un policía, J. D. Tippit, a las 13:45 hs. Se metió en un cine para pasar desapercibido, pero apenas casi dos horas más tarde lo arrestaron adentro de la sala, ya identificado como quien mató a JFK. Oswald intentó escapar disparando contra otro policía, pero no pudo y solo dijo: “soy un idiota”.
  • Dos días después del crimen de JKF, el único acusado del magnicidio, Lee Harvey Oswald fue asesinado a tiros… dentro del departamento policial donde se encontraba y delante de los policías que lo custodiaban. El autor del segundo homicidio más famoso de la semana fue Jack Ruby, un empresario de Chicago con boliches nocturnos y bastante prontuario en el hampa, que ingresó al lugar haciéndose pasar por periodista. Lo espero en el sótano y en cuanto el detenido asomó, a las 11:21 horas, fue hombre muerto.
  • Ningún agente del gobierno estuvo involucrado en conspiración alguna respecto a las muertes del 22 de noviembre y días posteriores, subrayaba el Informe.

 

lee harvey oswald john kennedy
Tres tiros y dos francotiradores, aseguran las nuevas pericias. Ningún forense lo vio en Dallas; aun muerto lo llevaron a Washington.


En oposición a la “prolija” investigación jurídica, la limusina que trasladaba a la pareja presidencial, la ropa que vestían (que Caroline Kennedy donó a los Archivos Nacionales en 2003, pero no podrían exhibirse hasta el año 2013), el rifle con el que se disparó e incluso la masa cerebral del presidente asesinado tuvieron otros destinos más extravagantes.

El Informe Garrison, realizado en 1967 por el fiscal Jim Garrison de Nueva Orleans, ya ponía en dudas el trabajo de la Comisión Warren y hablaba de la “conspiración”. Su pesquisa inspiró la película JFK de Oliver Stone.

Oliver Stone, en Argentina: "Cuando las leyes se usan como armas, se puede acusar de corrupción a cualquiera"

Howard Hunt, un agente de la CIA que sería parte activa en el robo de documentos que comprometían a Richard Nixon –lo que desencadenó el Watergate- en su lecho de muerte (2005) dijo a su hijo que Lyndon B. Johnson, el vicepresidente de Kennedy, había planeado asesinar a JFK para llegar a la presidencia.

Según la confesión de Howard Hunt lo ayudaron algunos agentes de la CIA, sobre todo Cord Meyer, cuya esposa tenía un amorío con Kennedy, cuyos líos de polleras no habían terminado con la misteriosa muerte de Marilyn Monroe, en 1962.

Marilyn Monroe sabía que nunca se conocería "su" verdad

Según la confesión postrera de Hunt, el francotirador habría sido Lucien Sarti, un sicario que trabajaba para la CIA.

Para confundir más las cosas, en 1994, el militar estadounidense James Files dijo públicamente que él había sido el autor del balazo letal contra Kennedy, disparando desde un cantero de plantas en Dealey Park, confesión que ratificó en 2003 y que además quedó registrada en el video “The murder of JFK: confesión de un asesino” (1996).

Ya detenido, Oswald negó haberlo hecho. Su viuda, Marina dijo que su marido había sido “un chivo expiatorio".

Segundos antes de que el descapotable tomara Elm Street, en la Plaza Dealey de Dallas, Nellie Connally, la primera dama de Texas, que estaba sentada en el asiento delantero de la limusina, en diagonal al presidente, le dijo: “Sr. Presidente, no puede decir que Dallas no lo ama”. “No, ciertamente no se puede”, dijo JFK antes de recibir los tres disparos que conmocionaron al mundo.

En 1977, Bob Vanderslice, un informante del FBI declaró que el 22 de noviembre a la mañana había hablado telefónicamente con Jack Ruby, el empresario que mataría a Oswald en la cárcel, para intercambiar un código secreto. Le preguntó si le “gustaría ver los fuegos artificiales” durante la visita presidencial. No existen los fuegos artificiales diurnos.

Boda de los Kennedy
John Kennedy y Jackie. Tras ocho años de matrimonio, él se convirtió en la primera dama de Estados Unidos, en 1961.

El intento más flamante de encontrar al asesino o al menos una explicación más convincente del magnicidio de Kennedy la emprendió un médico forense estadounidense, Cyril Wecht, quien escribió con Dawna Kaufman el libro The JFK Assassination Dissected, que resume sus puntos de vista sobre la Comisión Warren y sus propias investigaciones como experto patólogo.

Palabras más, palabras menos, Cyril Wecht sostiene que el asesinato fue planeado por personal de la CIA y que hubo dos tiradores y no uno solo.

Wecht escribió que, según él, Allen Dulles hizo todo lo posible para que la Comisión Warren desinformara y ensuciara la investigación. Dulles había sido director de la CIA entre 1953 y 1961, pero Kennedy lo echó luego del fracaso de la operación Bahía de los Cochinos, para derrocar a Fidel Castro. Earl Warren, presidente de la Corte Suprema de Estados Unidos, fue el titular de la Comisión que llevó su nombre, pero lo acompañaron otras cinco personas; Allen Dulles era una de ellas.

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Funeral de Estado. Velado durante tres días en Washington, sus restos fueron despedidos por 90 mandatarios internacionales antes de ser llevados al Cementerio Nacional de Arlington, en Virginia.

Según la Comisión Warren, Kennedy recibió un disparo ascendente” por detrás. Pero Oswald estaba en un sexto piso. Por lo tanto, según Wecht hubo un segundo tirador desde otro punto de la escena: un montículo de arbustos de la plaza. Recordemos que las balas disparadas fueron tres; la primera impactó en JFK, la segunda en el gobernador de Dallas y la tercera fue la letal para Kennedy.

La principal fuente de estas afirmaciones de Wecht fue una filmación casera de 1963 realizada por el diseñador de moda Abraham Zapruder que también está en el Archivo Nacional.

Por otra parte, estudiando esta filmación y otros documentos, Wecht descubrió que el cerebro de John Kennedy ya no estaba en el Archivo Nacional: después de la autopsia lo habían hecho desaparecer.

Según reconstruyó Wecht, ningún perito forense de Dallas constató el estado del cuerpo baleado de JFK. Ensangrentado como estaba y ya muerto, lo subieron a un avión rumbo a Washington. La autopsia se practicó en la capital del estado, y estuvo en manos de dos novatos que nunca habían hecho una autopsia balística con anterioridad.

 

LT