En Argentina hay homicidios todos los días, pero pocos penetran en el imaginario popular hasta convertirse en íconos culturales. El caso del odontólogo Ricardo Barreda es uno de esos elegidos: todos lo conocemos.
Ahora, con la reciente obtención de la prisión domiciliaria, el tema volvió al centro de atención de la opinión pública. Y los blogs no se limitaron a reflejar la noticia: 16 años después del crimen en el que el dentista mató a su mujer, su suegra y sus dos hijas, muchos salieron a defender y hasta homenajear, siempre con humor, a Ricardo Barreda.
" Yo lo admiro Ricky porque no hay nada mas feo que el hostigamiento constante de las suegras, familiares, amigos y etcéteras" sostiene El Desalmadero, quien completa la idea: "Y lo admiro también un poco por miedo a emitir una crítica sabiendo que hoy esta fuera de la cárcel y que es un muchacho muy sensible... ¡Eres grande!"
No se trata sólo de declaraciones de apoyo: también hay expresiones artísticas. A Barreda ya le habían dedicado canciones tanto del grupo punk A77aque ( Barreda's Way, que toma la voz del asesino para cantar en primera persona), como del colectivo Sometidos por Morgan ( La cumbia del odontólogo ).
Para los fanáticos, por supuesto, esto no es suficiente; "m" del blog Utilities & Inutilities, contó " Hoy en la ducha compuse 2 estrofas del Rock de Barreda: Flor de cerdas, ellas te decían "conchita" / Te decíííííían que no eras hombre / ¿Y el placer de matarlas quién te lo quita? / Si sus viiiiiidas no valían un cobre".
El odontólogo tuvo incluso su lugar en la literatura, con el cuento Ellas, escrito por Violeta Gorodischer para la antología de casos policiales In Fraganti. Cuando lo publicado no alcanza, los bloggers se encargan de crear sus propias versiones ficcionales, como la que puede leerse en "Tardes de puré de manzana".
Deseo de imitación. ¿A qué se debe tanta admiración? "Quienes lo aprueban es porque este tipo pudo hacer lo que ellos, consciente o inconscientemente, quieren hacer" dice el psicólogo social y abogado Ronaldo Wright, que también propone que muchos pueden sentirse identificados con el maltrato que sufría el odontólogo. "¿Se refleja el malestar que cada uno vive en cierto modo en su propio hogar?", se pregunta.
Lo cierto es que muchos sienten empatía y hasta lástima por la dominación que sufría Barreda y ven un acto heroico en los cuatro homicidios: "Cuando en los reportaje contaba que 'sus mujeres' lo llamaban 'conchita', que lo humillaban, íntimamente, casi con pudor, yo pensaba, lo bien que hiciste", explica Flor en su blog.
"Conchita", es de hecho el mote casi cariñoso que más usan en internet para referirse al odontólogo, como si la palabra con la que lo sometían hubiera sido subvertida como sinónimo de su libertad homicida.
Wright argumenta que varios de los apologistas de Barreda se escudan tanto en el anonimato como en el humor para expresarse. "A través del chiste, todo se puede decir", explica y agrega que "ya desde principios de siglo XIX Freud postulaba que si hay un humor, hay que ver lo que ese humor esconde en lo latente, lo inconsciente".
"Aunque en tono de broma, de chiste, hay mucha pulsión de muerte", afirma el psicólogo, y lo dicho se comprueba tanto en algunos fotologs (que lo erigen como santo o le rinden violentos homenajes), como en una blogger que cuenta que a un amigo le pidieron la recomendación de un odontólogo, y él le sugirió al "Doctor Barreda".
Los bloggers que lo admiran, entonces, ¿están enfermos? "Decía Enrique Pichon-Rivière que el sujeto que enferma es el 'portavoz' de las dificultades de su grupo familiar", explica Wright, "su conducta desviada puede ser la resultante de la forma alienizante de relacionarse entre los integrantes de la familia".
Acaso internet sea apenas el reflejo de lo que muchos, enfermizamente o no, manifiestan sólo en privado, cuando pocos escuchan.
(*) Redactor de Perfil.com.