SOCIEDAD
Derechos humanos

Cabo de la policía es hija de desaparecidos

La justicia cordobesa confirmó que Pilar Szwedowic, de 29 años, es hija de David Oscar Zarco Pérez, secuestrado en septiembre de 1976, durante la dictadura militar. La familia paterna no la acepta.

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La justicia Federal de la provincia de Córdoba confirmó que una joven de 29 años, cabo de la Policía de Córdoba, es hija de un hombre desaparecido durante la dictadura.

El fallo de la Cámara de Familia de Segunda Nominación admitió que Pilar Szwedowicz es hija de David Oscar Zarco Pérez, un joven secuestrado en septiembre de 1976, aún desaparecido, que era dirigente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Arquitectura, según publica hoy el diarioLa Voz del Interior.

"La sentencia es un paso más que importante porque yo recuperé mi identidad, me siento completa. Esto es como volver a nacer", dijo Pilar después de conocer el fallo de la Cámara.

La joven podrá ahora, después de seis años de transitar por los tribunales, llevar su verdadero apellido en el DNI, tal como había reclamado. Pilar se encuentra con licencia psiquiátrica, según La Voz del Interior.

Todo comenzó hace seis años, cuando un compañero de militancia de su padre se enteró de su situación. Hasta ese momento, su madre le había ocultado su verdadera identidad y la joven fue inscripta en el Registro Civil con el apellido de quien actuó como su padre, Aldo Szwedowicz.

Un examen de ADN que se realizó el año pasado confirmó en un 99,9 por ciento que Pilar es hija de Zarco Pérez. Los abogados de la mujer iniciaron las actuaciones judiciales para que pudiera recuperar su verdadero nombre y entablaron una demanda de "reclamación de filiación post mortem" contra la familia Zarco Pérez.

Ana Poluica de Zarco Pérez , la madre del estudiante desaparecido y abuela de Pilar, se habría presentado como la única heredera de su hijo y habría cobrado la indemnización otorgada por el Estado a los familiares de las víctimas de la dictadura, indicó el matutino.

La familia paterna todavía no acepta a Pilar, quien no pierde las esperanzas de contactarse con ellos en un futuro. "Me encuentro con que tengo un apellido nuevo, pero no tengo familia. No justifico la actitud, pero puedo llegar a entender que el proceso de aceptación es difícil. Yo no voy a presionar ni a hacer nada para que ellos me acepten, pero si en algún momento me quieren conocer, aquí estoy", dijo la joven, en referencia a la actitud de los familiares de su padre.