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Chaco: Un acueducto fuera de agenda y 300 mil personas sin agua potable

A una semana de la visita de Cristina Fernández, productores y funcionarios denunciaron que el Gobierno no realizará las obras que había prometido.

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| Cedoc

Funcionarios y productores del sudoeste chaqueño denunciaron que la sequía que afecta a la región desde hace varios meses dejó sin agua potable a las cerca de 300 mil personas que habitan la zona y advirtieron que la escasez ya comenzó a afectar a la agricultura.

A una semana de la visita de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que viajó al Chaco para inaugurar el aeropuerto internacional de Resistencia, el intendente de Charata –localidad ubicada en la zona crítica- advirtió que “el gobierno nacional quitó de su agenda la construcción de un acueducto” para transportar agua potable desde el río Paraná hasta el área afectada por la falta de lluvias.

Miguel Ángel Tejedor, jefe comunal de Charata, explicó que actualmente el acueducto llega hasta la localidad de Roque Saenz Peña y que serían necesarios alrededor de 150 kilómetros de obras para alcanzar la zona crítica, adonde hoy la gente toma agua de pozo que casi nunca cumple con estándares sanitarios básicos.

Aunque en Charata el agua no tiene arsénico, las perforaciones son poco profundas, con lo que no se puede garantizar que el agua sea potable. Sobre todo sumado al problema de que la ciudad de 35 mil habitantes no tiene un sistema de cloacas.

Mientras tanto, la productora agropecuaria Juana Vikic, miembro de la Asociación de Mujeres Productoras del Chaco y habitante de Saenz Peña, aseguró que la falta de agua “afecta a casi toda la provincia” y denunció que “gran parte del Chaco no cuenta con una red de acueductos” pese a las reiteradas promesas del gobierno nacional.

Vikic explicó que el gobierno de Jorge Capitanich, aliado clave de la Presidenta, trabaja en el reacondicionamiento de un acueducto ya existente pero cuyo suministro es insuficiente. “Necesitamos una obra nueva”, insistió.

La productora rural advirtió que los ruralistas de la zona todavía no saben si van a poder afrontar la siembra de girasol ya que “no hay agua para preparar la tierra” y que si la sequía se prolonga podría llegar a afectar la siembra de otros cultivos.

El desabastecimiento de combustibles, sobre todo en momentos clave de la producción agropecuaria, es otro de los problemas que afecta crónicamente a la provincia, dijo Vikic. “Hay una falta de control del estado nacional. Para las petroleras es más rentable exportar su producción que venderla a las provincias del norte”, advirtió.