SOCIEDAD
Premios Perfil 2018

Claudio Tolcachir: "Se nota mucho la baja de espectadores"

El director de teatro obtuvo el Premio a la Inteligencia en Gestión Cultural. El proyecto "Timbre 4" que nació en 2001. La actualidad.

Claudio Tolcachir: “No me siento complejo, me siento popular”
Claudio Tolcachir: “No me siento complejo, me siento popular” | Juan Ferrari

El director de teatro Claudio Tolcachir obtuvo el Premio a la Inteligencia en Gestión Cultural. Además de llevar su proyecto de docencia y su trabajo como director y puestista a España -ahora está instalado entre Barcelona y Madrid-, este año se lanzó a dirigir un musical por primera vez, Sunset Boulevard, que ganó todos los premios especializados -incluido el de mejor director-.

Su espacio Timbre 4 ya tiene 15 años y, además de funcionar como escuela, es usina de nuevos directores y dramaturgos. Desde allí implementó entre otras cosas un pase al 50% para menores de 28 años, obras a la gorra y en horarios inusuales, para fomentar la ida al teatro en tiempos de crisis, la misma idea que lo impulsó, en 2003, a abrir su espacio en Boedo.

Perfil.com: - ¿Cómo fue ese proyecto que creaste? ¿De qué se trata ahora? ¿Cuánto cambió y cómo lo ves cuando ves la película?

Claudio Tolcachir: - Lo veo como un grupo que tenía 25-26 años con muchas ganas de hacer y en un país que no te daba ningún proyecto, entonces el proyecto nos lo teníamos que inventar nosotros. Por supuesto que yo me formé en el teatro independiente, me formé con Alejandra Boero cuando construyó Andamio 90 entonces en mi génesis había algo de eso pero uno se construye sus espacios. La verdad es que la sensación era si yo no tengo ganas de ir a pedir a espacio a ningún lado, no pertenezco a nada, no pertenezco al teatro oficial, no pertenezco al teatro comercial, el off. Un poco fue crearse un refugio en medio de los cacerolazos, de la debacle, de los amigos yéndose a vivir afuera y del clima de lo que era el 2001 que los que los recordamos era… Fue como encontrar una razón, entonces nos levantábamos, pintábamos la sala, armábamos la parrilla de luces, en definitiva era como un lugar en el cual poner la energía, otros la han puesto en hacer castings, otros en otras cosas, buscar suerte.

- ¿Qué era Timbre 4 en el momento original? ¿Era lo que es ahora?

- Esencialmente sí pero muchas cosas no. Porque era un lugar que tenía que servir para para que nosotros pudiéramos hacer lo que teníamos ganas dirigir, actuar, enseñar, entrenar. Era un lugar donde volcar la vocación y que nos sirviera la larga como un fuente de trabajo eso sí que lo pensábamos desde el comienzo, que pudiéramos vivir de eso. Hoy es lo mismo, es un lugar que tiene que seguir sirviéndonos para arriesgar, escribir o pasar actuar. Lo que creció es que es la fuente de trabajo de mucha más gente.

- ¿Cuánta gente hoy está con Timbre 4?

- El fin de semana hubo 19 funciones. Tenemos una sala de 150, una de 50 y una sala de 40 que se experimental, bueno todas supuestamente son experimentales… Digamos que en estas tres salas pasaron 19 espectáculos, más las clases, más tenés que contar los que hacen limpieza, administración, con todo, es un movimiento muy grande de gente. Pero por suerte lo que no se perdió es que todos los que están ahí están y sienten placer y trabajamos mucho en ese sentido, no placer por felicidad pura, sino porque es un lugar de desafío. Si vos querés probar cosas, si vos querés innovar en la búsqueda del lenguaje para eso tiene que ser Timbre y tiene que ser las paredes que protejan esa cierta capacidad de riesgo.

- ¿Y para delante Timbre 4 cómo te lo imaginás? Porque digamos, ¿pensaste que iba a durar 17 años? No por desmerecer un proyecto, pero uno dice ‘bueno me tiro a la pileta en 2001', me imagino situación caótica….

- Pasaron varias cosas. En el principio pasó que no era yo solo, porque yo solo no lo hubiera hecho. Había en mí en tal caso una responsabilidad de grupo de decir ‘bueno está toda esta gente que necesita un trabajo, necesitamos un lugar’. Por un grupo vos le ponés el pecho, por vos solo capaz decís vos yo no merezco tal cosa, es más difícil, pero con un grupo sí. Entonces después vinieron las giras y al mismo tiempo se sumó el grupo de las cooperativas de trabajo. Nosotros somos una cooperativa entonces se sumó gente que era más hábil en lo que era administración o programación entonces eso fue creciendo. Hacia delante veo dos cosas: una te diría tratar de sobrevivir este momento que está muy complicado para todas las salas independientes. Nosotros dependemos exclusivamente del movimiento interno, de que haya alumnos y de que haya espectadores y si la gente no puede ir al teatro...

- ¿Notaste mucho la baja de espectadores?

- Sí, se nota mucho la baja de espectadores, los pedidos de beca de los alumnos, pero bueno ya estamos buscándole la vuelta porque al mismo tiempo es el deseo y la vocación de mucha gente y es nuestra fuente de trabajo.

- Y naciste en el 2001...

- Estamos acostumbrados, aunque bueno, hubo un tiempo, digamos, en donde el movimiento interno hacía que bueno no que te fuera fácil, porque siempre es difícil hacer teatro, pero bueno había un cierto movimiento que se volvió mucho más restringido. Fuera de eso lo que es es seguir teniendo la fuerza y el ingenio para poder cambiar todo lo que está sucediendo, creo que lo más difícil es que siga siendo un lugar vivo, que no nos coman las estructuras, que no nos coma tampoco la expectativa que pueda ver de nosotros.

- ¿Cómo haces para que no te coma la estructura cuando tenés toda esa responsabilidad?

- Un teatro no genera las 19 funciones. Timbre genera unas obras como productor, lo que hacemos es desde Timbre prestar a las cooperativas el dinero después puede volver con las funciones y una vez que lo devuelve de las 19. También recibimos obras de grupos que nos gustan muchísimo. Es muchísima estructura que tenés que tener, seguro y legal.

- ¿Y te cuesta innovar más?

- En ese punto me siento libre porque porque de alguna manera creamos una estructura protectora, no una estructura que te demanda. Es una estructura de la que yo también puedo decir que no tengo nada para decir y necesito resguardarme hasta que tenga algo para contar. Por suerte no hay un problema de nombres, de decir mi teatro. A mí me gusta que sea Timbre 4 muy por encima de cualquier nombre personal de nosotros. A mí lo que me interesa observar más allá de cada persona es que todos estemos haciendo cosas que nos interesan y si uno no tiene nada por hacer está bien esperar, la creación tiene momentos de necesidad, de cambio de piel y de buscar un nuevo enfoque. Hay un estímulo muy grande en los alumnos, en la gente que viene, que renueva, que te pelea y tenés que renovar vos también y buscar e ir a proyectos que no sabes si vas a poder hacer, sea musical o sea escribir o sea cualquier cosa no hay nada establecido y menos en este país. Vos recorrés Europa y decís tiene unas estructuras que para nosotras son maravillosas porque tenés una planificación u un presupuesto que nosotros no lo tenemos.

- ¿Hay que planificar cada 90 días y estoy pensando a largo plazo?

- Hay momentos que duele porque ves que que la vida de la gente es dura, no la de todos nosotros, pero algunos tienen que pelar mucho más. Pero bueno al mismo tiempo vuelvo al principio como decís vos por lo menos no me tengo que quedar mirando el noticiero deprimido en la angustia, se me vuelve motor y digo vamos a generar un proyecto, vamos a generar más movimiento, vamos a buscar nuevos grupos. Te diría que es como un fusible que cuando estoy angustiado tengo a dónde ir y qué hacer.

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