SOCIEDAD
Mesa para dos

Cocinar para seducir: el boom de los gastrosexuales

Atrás quedaron los metrosexuales. Ahora, ellos aprenden sobre las artes culinarias para conquistar mujeres. Divorciados, los más "estudiosos".

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| CEDOC

Si hasta hace poco se hablaba del fenómeno metrosexuales, el estereotipo de hombre pendiente de su apariencia para conquistar, la tendencia parece ir cambiando de rumbo: los hombres de hoy buscan ser expertos en la cocina para seducir.

Se trata de los llamados gastrosexuales, dedicados a aprender los gajes del oficio gastronómico para lograr que ninguna mujer se les resista. Toman cursos de cocina para aficionados, se vuelven expertos en vinos y saben a la perfección cómo preparar una cena romántica, sin que falte ningún ingrediente en la mesa: entrada, plato principal, postre, bebida, luz, música... Todo tiene que estar lo suficientemente sincronizado si quiere que la frutilla del postre caiga rendida a sus pies.

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“La cocina es un buena forma de establecer nexos. La cocina, como agasajo, es un instrumento muy sensual. No es casualidad que cada vez más hombres tomen cursos de cocina y no precisamente para convertirse en chef, sino para agasajar y conquistar a mujeres o a sus esposas, incluso a sus suegros”, relata el reconocido chef Martín Rebaudino, de 32 años, cuya cocina se destaca en el canal de TV El Gourmet.

“Cuando yo empecé a estudiar para chef, en 1994, habían muy pocas escuelas. Mis compañeros del secundario no entendían mi elección profesional, me decían que eso era para chicas. Hoy eso cambió mucho, y cada vez más hombres quieren aprender las artimañas de la cocina para conquistar. No es sólo cocinar bien, la clave es el clima que se genera”, asegura.

Federica Cosentino, responsable comercial y de marketing del colegio de cocineros Gato Dumas, destaca la cantidad de hombres que empezaron a tomar clases de cocina para aficionados, con el fin específico de cocinar para agasajar mujeres. “Saben que la cocina es hoy un elemento importante a la hora de generar un approach”, asegura Cosentino. Y cuenta que, no por casualidad, la mayoría de los hombres que asisten a los cursos de cocina son, además de los jóvenes de entre 18 y 20 años, divorciados de 35 para arriba.

(*) redactora de Perfil.com