Lockheed Martin Aircraft Argentina, una empresa de origen estadounidense, en 2002 fue la encargada de construir el averiado monumento "Floralis Genérica" (más conocido como "la Flor"), uno de los símbolos de la Buenos Aires del siglo XXI y un punto obligado para el turismo. Pero cuando algunos advirtieron fallas en las obra y quisieron exigir que Lockheed cumpliera con la garantía de 25 años, la firma se fue del país. ¿Qué sucedió?
En agosto de 2009, el Senado aprobó una ley mediante la que se decidió la reestatización de la firma Lockheed Martin Aircraft Argentina, que a mediados de los '90 había tomado control de la ex Área Material Córdoba y cuyas acciones volvieron a ser propiedad del Gobierno Nacional por 67 millones de pesos.
Ya en marzo de ese año, la presidenta Cristina Fernández había anunciado el proyecto y asegurado: "No me voy a amilanar".
Los legisladores aprobaron por 52 votos positivos del oficialismo y el radicalismo, y 11 abstenciones del justicialismo disidente y otros opositores, el proyecto que había sido antes aprobado por la Cámara de Diputados.
En ese momento los senadores elogiaron la recuperación de la ahora denominada Fábrica Argentina de Aviones Brigadier Juan Ignacio San Martín S.A., con una planta de más de mil trabajadores.
El convenio firmado por el Ministerio de Defensa y la empresa norteamericana estableció que el Estado compraría las acciones a un precio que surge de la diferencia entre activos y pasivos, luego una evaluación de contabilidad supervisada por la Auditoría General de la Nación.
Pero ese traspaso tuvo un lado oscuro: el vistoso monumento del barrio de Palermo desde entonces se encuentra bajo garantía de una empresa que no existe más.
(*) de la redacción de Perfil.com.