Cuando la noche financiera se instala y la tierra de las oportunidades oscurece, las únicas que conservan su brillo son las inversiones seguras. Lo saben los cerebros más rústicos de Wall Street. La solidez de los ladrillos y la convicción de la tierra: esa es la opción segura por la que apuestan quienes se adelantan a los tiempos de crisis. Lo saben también las celebrities locales a quienes, como a todos los hombres, les tocó vivir épocas difíciles. Por eso productores, actores, animadores y deportistas invierten sus ganancias bajo el único control en el que confían: el propio.
Ladrillos, ladrillos, ladrillos. El productor televisivo Diego Gvirtz, por ejemplo, depositó su esperanza en generar ganancias extramediáticas con el 33% de un hotel. El público podrá aburrirse alguna vez de “Duro de Domar”. O cambiar de canal ante “Televisión Registrada”. Pero nadie dejará de necesitar alguna vez un albergue. Y si se trata de turistas extranjeros en Buenos Aires, un hotel boutique en pleno Palermo puede resultar prometedor.
Con 20 habitaciones y precios que van entre los 115 y 200 dólares la noche, Mine quedó inaugurado en el 2007 bajo la presidencia de Marcelo Kohen, ex director de la productora Endemol y antiguo compañero de Gvirtz del colegio secundario. Aunque eviten hablar de cifras, los socios aseguran que, sólo por haber “invertido en ladrillos”, las ganancias reales comenzarán a verse en un plazo de 5 ó 6 años.
El basquetbolista Emanuel Ginóbili, Marcelo Tinelli, Gabriela Sabatini, Nicolás Repetto, David Nalbandian, Gabriel Batistuta y Fernando Niembro, son algunos de los que, como Gvitrz, no dudaron en invertir sus ganancias en ladrillos.
La nota completa puede leerse en la última edición de laRevista Noticias.