Las redes Wi-Fi públicas, presentes en bares, plazas, aeropuertos o comercios, son prácticas, gratuitas y accesibles. Sin embargo, también pueden convertirse en la puerta de entrada para ciberdelincuentes que buscan robar datos personales, infectar dispositivos o interceptar comunicaciones. El Gobierno argentino advierte que conectarse sin protección puede exponer al usuario a múltiples riesgos en solo segundos.
Por qué las redes Wi-Fi abiertas pueden ser peligrosas
Aunque parezcan inofensivas, las señales de internet gratuitas suelen carecer de protocolos de seguridad robustos. Esto permite que terceros malintencionados puedan:
- Infectar computadoras y celulares con malware.
- Acceder a la información almacenada en carpetas compartidas.
- Robar datos sensibles, como contraseñas o números de tarjeta de crédito.
- Interceptar compras online o sesiones bancarias.
- Crear redes falsas que imitan señales legítimas para engañar a los usuarios (técnica conocida como evil twin).
- Escanear el tráfico para espiar conversaciones y formularios completados en tiempo real.
En este contexto, las conexiones públicas representan uno de los puntos más vulnerables de la vida digital cotidiana.

El paso clave que te protege en segundos
Según el sitio oficial del Gobierno, existe una medida simple y fundamental para reducir de inmediato el riesgo: instalar un antivirus y un antimalware confiable.
Estas herramientas permiten detectar programas maliciosos antes de que comprometan el dispositivo. Uno de los más comunes es el troyano, un malware que se disfraza de archivo o aplicación legítima para engañar al usuario. Una vez activado, puede robar información sensible, registrar teclas, habilitar el acceso remoto al dispositivo o incluso tomar control parcial del sistema.
Cómo usar una red Wi-Fi pública de forma segura
Además del antivirus, los expertos recomiendan una serie de hábitos para minimizar el riesgo al conectarse a redes abiertas:
- Navegar solo en sitios con HTTPS, que cifran la información enviada y recibida.
- Utilizar una VPN confiable, incluso gratuita, para ocultar la actividad del usuario y crear un túnel seguro.
- Evitar operaciones sensibles, como banca online, compras o ingreso de datos confidenciales.
- Desactivar la opción de compartir archivos o “network discovery”.
- Mantener el sistema operativo y las apps siempre actualizados.
- Olvidar la red al desconectarse, para impedir reconexiones automáticas.
Estas recomendaciones reducen notablemente la posibilidad de que un dispositivo sea interceptado o vulnerado durante la conexión.
Cómo mejorar la señal de Wi-Fi en casa sin comprar un repetidor
Más allá de las redes públicas, muchos usuarios experimentan problemas de alcance dentro del hogar. Según los especialistas, varios factores físicos pueden debilitar la señal del router: paredes gruesas, ladrillos, espejos, electrodomésticos o muebles metálicos.
Para optimizar la conexión interna, se aconseja:
- Colocar el router en el centro de la casa, especialmente si allí se concentran la mayoría de los dispositivos conectados.
- Ubicarlo en un punto alto, ya que la señal se expande hacia abajo.
- Mantenerlo lejos de ventanas, paredes, espejos y electrodomésticos que generan interferencias.
- Evitar encierros: no debe ir dentro de armarios ni detrás de superficies metálicas o de cristal.
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Objetos que “repelen” el Wi-Fi y reducen su alcance
Diversos elementos del hogar pueden interferir directamente con la señal inalámbrica:
- Teléfonos inalámbricos.
- Tachos de basura metálicos.
- Ventanas cercanas al módem.
- Recipientes con agua (peceras, floreros, humidificadores).
- Dispositivos USB 3.0 conectados a la computadora.
La presencia de estos objetos entre el router y el usuario afecta el rendimiento y genera cortes o lentitud persistente.
LV/ff