Hay más suicidios en el mundo que muertes por guerras, ataques terroristas y homicidios, pese a que se puede prevenir, según informó el titular de la Asociación Internacional por la Prevención del Suicidio (IASP por siglas en inglés), Brian Mishara.
"El suicidio es realmente un gran problema mundial, si uno piensa que mueren más personas por autoeliminación al año que por guerras, ataques terroristas y homicidios", afirmó Mishara en entrevista con la AFP. Doctor en psicología, profesor de la Universidad de Quebec, Montreal, y director del Centro de Investigación e Intervención en Suicidio y Eutanasia, Mishara dijo que se producen más de un millón de suicidios al año en el mundo y que "la mayoría de las sociedades no le presta demasiada atención", lo que es "particularmente trágico, porque es prevenible".
"El suicidio es un acto desesperado de alguien que está experimentando tanto dolor en su vida, que quiere poner fin a ese dolor", explicó en un tono de voz suave y pausado. Mishara dijo que no hay una incidencia genética, aunque algunos desórdenes mentales de origen genético aumentan los riesgos suicidas, así como "tener genéticamente un carácter impulsivo".
"De hecho, la mayoría de los suicidas que reciben ayuda no se quitan la vida", dijo el presidente de la IASP, una ONG que mantiene una relación oficial con la Organización Mundial de la Salud (OMS) que proporciona asistencia y comparte información con organizaciones, investigadores, profesionales y clínicas, y brinda apoyo para programas de prevención del suicidio.
"La gente no se mata porque quiera morirse", sino porque "no ven ninguna esperanza de sentirse mejor en el futuro", por lo que es importante "mostrarles que siempre hay esperanza, de que las cosas pueden cambiar", señaló. Además, Mishara dijo que "la mitad de la gente que comete suicidio lo hace bajo la influencia del alcohol o las drogas".
Acerca de la eventual incidencia de factores climáticos, señaló que "la gente no se mata porque haga frío o esté oscuro", aunque ello "empeora la situación de los que ya están deprimidos". Señaló también que los hombres se suicidan más que las mujeres -salvo excepciones, como en China- debido a que "los hombres son menos propensos a buscar ayuda para sus dificultades personales".
"El suicidio existe desde que se tiene registro de la historia humana" y "ocurre entre la gente más pobre y la gente más rica", dijo Mishara, al descartar una incidencia de la insatisfacción por no acceder a los bienes de consumo. Dijo que las estadísticas no son siempre confiables debido a que muchas veces los suicidios se computan como muertes violentas o accidentes.
No obstante, "las tasas han descendido en muchos países que en los últimos cinco o diez años invirtieron en prevención del suicidio", como en Estados Unidos, donde "las tasas descendieron razonablemente". En tanto, las mayores tasas se registran en los países de la ex Unión Soviética, donde "el alcohol juega un rol muy importante", dijo Mishara, y recordó que "cuando los precios del vodka subieron en forma sustancial, las tasas de suicidio bajaron".
Otro factor es que "estos países han atravesado profundos cambios y si bien muchos se beneficiaron, mucha gente siente que quedó rezagada", añadió. Es que cuando "ocurren grandes cambios, las tasas de suicidio suben". En el suicidio también inciden "los factores culturales", como en Japón, donde perder el trabajo o no ingresar a la universidad puede ser considerado una deshonra, por lo que la persona afectada opta por quitarse la vida.