La periodista Cristina Pérez escribió durante un año y medio las casi 600 páginas que conforman El jardín de los delatores, un thriller de conspiración política y espionaje, que ya se encuentra a la venta. El libro plantea un escenario de la Argentina en el año 2026, donde el gobierno intenta detener el surgimiento de una red de ciudadanía global (Triple W) que opera a gran escala en todo el mundo y resulta una amenaza para su poder. Por ello, a través de una célula de espías altamente calificados, monitorea los movimientos de los posibles líderes.
"Yo tenía la vocación de hacer un thriller para probarme en un género que me interesaba con los ritmos, con la actualidad. En el momento que empecé a escribir estábamos en este escenario del caso Snowden a nivel internacional, y en Argentina ascendía la figura de (César) Milani. En el libro hago una proyección de cosas llevadas a lo futurista”, contó la conductora de Telefe Noticias a Perfil.com.
“Lo que yo no sabía en diciembre cuando entregué el libro, era que en enero iba a estallar lo del fiscal Nisman, por eso creo que fue un thriller premonitorio. Creo que los periodistas a veces intuimos cosas que no sabemos pero las tenemos, te surgen proyecciones que terminan siendo un análisis certero".
Sobre el contenido del libro y la relación con la actualidad sostiene: ”El espionaje no es algo lejano al poder, sino que es ese hilo oscuro del poder íntimo, del poder desnudo, es donde el poder prescinde de las reglas y de las leyes para actuar, en supuesta función del bien, pero eso a veces incurre en las venganzas personales”.
“En un punto el poder coyuntural tiene la ilusión de controlar al espía, pero el poder pasa y el espía queda, y esa situación sombría, esa necesidad de transparencia dentro de las necesidades de seguridad interior, hace que también haya un mejoramiento de los procesos para proteger a la democracia de sus propias armas, porque la privacidad está en peligro en el mundo en general, porque nos está cambiando la forma de vivir".
Pérez viajará el fin de semana a EE.UU. a cubrir la visita del Papa Francisco a dicho país: "Me encantaría entrevistarlo, creo que está marcando un cambio de época en la iglesia, en una institución que se mueve con tiempos de desidias y no de años".
En relación a la actualidad política, la periodista señaló: "Me preocupa que se ponga en peligro la materia prima del proceso electoral, que es la confianza, que tu voto se ejecuta y se cuenta bien. La pureza del sufragio, la soberanía está en el pueblo en el mayor acto de poder que es el voto, y la pureza no es votar, sino tener la seguridad de que votás y tu voto se cuenta bien".
"Está dañada la confianza en los procesos de votación, hoy el oficialismo puede decir que la oposición intenta entorpecer, pero no hicieron nada para garantizar la transparencia. Ya no hablamos sólo de la oposición sembrando dudas, porque no habría chances de que eso pase si no hubieran existido procesos dudosos, como lo fue la pérdida de videos, la quema de urnas, el recuento de irregularidades. Eso le quita legitimidad al sistema".
"La cuestión de imponer las cosas así ha tocado un límite. El otro día decía -con lo que pasó en Tucumán-, que fue como la realidad aumentada de vicios que se mostraron de forma gigante y estruendosa que nos ponen una señal de alerta de cara a los comicios nacionales. Los plazos son muy cortos como para cometer errores que pongan en duda los procesos".
"El llamado de atención me parece muy interesante, el hecho de que el pueblo haya salido a defender el voto. Estamos a un año del Bicentenario de la Independencia, y Tucumán como un escenario simbólico es interesante, más viniendo de la hegemonía de (José) Alperovich".
En relación a los argentinos frente a esto concluyó: "Veo un cansancio moral, que en un punto es buena señal, porque es como si vos tenés los anticuerpos y hay un problema de infección: te sirven para saber si estás enfermo".
(*) De la redacción de Perfil.com
