Casi sin darse cuenta, millones de personas caminan todos los días entre obras de diseño. Pequeños pedazos de identidad porteña que se ven en cada rincón de la Ciudad: carteles de calles, paradas de subtes y logos institucionales. Una parte de ese arte urbano salió de las calles y llegó al Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba) con dos muestras de autores que se inspiran en la Ciudad para crear.
Pocos saben que gran parte del diseño gráfico que se ve en la vía pública fue pensado por una sola persona: Ronald Shakespear, quien mostrará, hasta el 30 de julio, una retrospectiva de toda su obra. Además, en el primer piso del museo, la artista plástica Gachi Hasper exhibe imágenes de su intervención en las columnas del bajo autopista en el cruce de las avenidas 9 de Julio y San Juan, que fueron pintadas de distintos colores.
Desde lejos, lo primero que sorprende al visitante es la estación de subte tamaño natural plantada en medio de la sala. Si bien no es la primera vez que se exponen los diseños de Shakespear en un museo, para esta retrospectiva se incluyeron los prototipos a escala real de los objetos que luego se hicieron cotidianos. Parece que los carteles siempre estuvieron ahí, en cada andén, pero en realidad fueron creados en el último rediseño encargado por Metrovías e implementados en 2006. La idea en ese momento era rescatar la voz popular. En Chile, es el Metro; en Nueva York, Subway; y en Londres, Tube. Pero en Buenos Aires siempre fue Subte.
“Confieso que lo único que me importa es que las ancianitas que toman el subte, lleguen a su destino sin mayores preocupaciones. La gente siempre se queja de los servicios públicos y muchas veces con razón. Rescatamos la palabra subte de la memoria colectiva, así lo llama el público. Por otra parte tomamos los viejos colores de las líneas y emblematizamos la nueva marca en los pórticos de acceso conformando un arco iris urbano. En los focus groups la gente nos decía ‘me tomo la roja, me tomo la verde, me tomo la azul’. Si queremos estar cerca de la gente, debemos respetar su vocación”, explica Shakespear.
En la muestra pueden verse otros clásicos porteños, mucho más antiguos, tomados directamente de la esquina del barrio. Todos los carteles que indican los nombres y altura de las calles, las paradas de colectivos y taxis, y hasta las gráficas que muestran los nombres de las plazas fueron desarrolladas entre 1971 y 1972 para el entonces Plan Visual Porteño (por el entonces estudio Ronald Shakespear-González Ruiz), antes de que se les agregue publicidad. Aunque los carteles ya comenzaron a ser reemplazados por otros más modernos, ya quedaron en la mente de varias generaciones como un símbolo inequívoco de Buenos Aires.
Casi cualquier actividad que pueda hacerse en la Ciudad incluye un diseño de Shakespear o del estudio que hoy dirige su hijo Juan. Quienes vienen de la Provincia, podrían pasar por el peaje de las Autopistas del Sol, señalizado por uno de sus carteles. Si van al cine o de compras, es probable que busquen un shopping. Sea el Alto Palermo, el DOT o el Recoleta Mall el logo que identifica el lugar, fue idea de su estudio. Y para pagar, puede elegir cualquier banco, porque use Link o Banelco, el símbolo de su tarjeta de débito fue su creación. La situación no habría sido tan distinta hace cuarenta años: hasta el logo de las viejas tiendas Harrod’s tiene su firma.
La obra de Hasper hizo tal vez el camino opuesto: desde la plástica hasta el urbanismo. Fue pensada desde el arte y hoy forma parte de la Ciudad. “Estudié la topología de la autopista, desde el punto de vista del automovilista y del peatón, e hice una simulación con Photoshop para una muestra en 2010. Dos años después me llamó (el ministro de Desarrollo Urbano Daniel) Chain y para decirme que había conocido mi proyecto y que quería que lo hagamos”, relata la artista.
Las casi cien columnas que forman parte del nodo fueron pintadas por Autopistas Urbanas (AUSA) según las indicaciones de Hasper. “Elegí los colores brillantes porque creo que producen una cierta felicidad en el ser humano, más que el gris de la autopistas, y genera una mejora en la calidad de vida de todos los que pasamos por ahí”.