La afirmación en conferencia de prensa del ministro de Salud catamarqueño, Juan Carlos Ferreyra, acerca de que en su provincia ya se registraron “entre 3 y 4 mil” casos de dengue desde febrero, transforma a Catamarca en un foco epidémico similar o incluso mayor que el del Chaco.
Las declaraciones tienen varios efectos. Por empezar, triplican el número a nivel país que se venía manejando a nivel oficial desde del Ministerio de Salud de la Nación. Se pasa de unos 2500 para toda la Argentina, a más de 6 mil.
Pero, por otro lado, lleva a desconfiar de los números que difundieron otros ministerios de salud de provincias en similares condiciones socioeconómicas, geográficas y climáticas. Arroja también un manto de desconfianza porque son los directores de hospitales quienes alertan de los casos. En ese sentido se podría preguntar por qué Salta y Jujuy presentan números tan bajos en comparación con Chaco y Catamarca, por ejemplo.
El INDEC. En Catamarca, sin ir más lejos, fueron médicos locales quienes afirmaron a PERFIL que las autoridades intentaron ocultar los datos todo el tiempo que pudieron, con las consecuentes pérdidas de tiempo a la hora de tomar medidas preventivas urgentes, y que ellos manejaban la información desde enero.
“Posiblemente no se contaba con toda la información y se produjo una distorsión en cuanto a la cantidad de casos, que queda ahora perfectamente aclarada”, intentó enmedar el ministro Ferreyra.
“Quisieron hacer l o mismo que en el INDEC, falseando estadísticas”, contrapuso la médica Graciela Juri, de la organización Autoconvocados de Salud. “Nosotros hicimos proyecciones estadísticas que nos daban cerca de 5 mil casos; se intentó ocultar la situación y no se tomaron ni siquiera las mínimas medidas y el brote siguió su marcha. La población está con temor y hay una gran psicosis”, completó Juri.
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