Tras meses de seguimientos, tareas de inteligencia y escuchas telefónicas, cayó por primera vez una red de falsificadores de libros best sellers. La Justicia federal buscaba a la "mafia de los libros falsos" desde hacía un año y medio. Durante los operativos, la Justicia arrestó a varios sospechosos y secuestró también una cantidad llamativa de libros nazis.
Detrás de los supuestos falsificadores de libros, se descubrió una historia de competencia feroz entre dos sectores del mercado negro, traiciones, supuestos vínculos con el partido neonazi argentino -que están siendo investigados- y un negocio millonario. Las tareas de inteligencia estuvieron a cargo de la Policía Metropolitana, que ayer allanó encuadernadoras, laminadoras, imprentas, depósitos, una librería y cuatro puestos en Parque Rivadavia y Plaza Italia.
La red cayó gracias a los lectores que compraron sus libros en librerías o puestos de diarios o de las ferias.
La Editorial Planeta venía realizando denuncias desde antes pero fue en la Feria del Libro de 2012 cuando pudo dar en el blanco. La conductora Viviana Canosa presentaba su libro "Basta de Miedos". Los lectores hacían fila para que la escritora firmara los ejemplares, cuando personal de la editorial notó que varios de los libros eran falsos. Los delató la calidad de impresión de la foto de tapa. En medio de la feria, entrevistaron a los lectores y se dieron cuenta de que ninguno de los libros sospechosos habían sido comprados en la Feria del Libro. La editorial reemplazó los ejemplares y se llevó los falsos, luego de obtener los datos que necesitaba saber: dónde habían sido comprados.
Con la información sobre el último eslabón de la cadena, Canosa y el abogado de la editorial, Pablo Slonimsqui, hicieron la denuncia.
En los puestos de las típicas ferias porteñas comenzaron las tareas de inteligencia. Los investigadores consiguieron el dato clave: quién era el hombre que vendía los libros falsos a los puestos. Lo esperaron, lo siguieron e intervinieron su teléfono. De las escuchas se desprende que el negocio se distribuía entre dos hombres de la localidad de San Martín: Ariel y Hernán, enfrentados entre sí por el control del mercado. El enfrentamiento llegó a tal punto que en las escuchas quedó registrado que una de las bandas intentaba tomar por asalto el depósito de su contrincante para secuestrar sus libros.
Había también una guerra de precios, y los libros se "remarcaban" para aplacar al competidor. Uno de ellos incluso trabajaba con dos socios relacionados presuntamente con el partido neonazi de Alejandro Biondini, según surgió de las tareas de inteligencia.
Durante la investigación se detectó que mandaban libros al interior y al exterior del país. Los títulos falsificados van desde los clásicos, como los de Eduardo Galeano, hasta los best seller de los últimos tiempos. Algunos de los autores más afectados fueron Gabriel Rolón, Luis Majul, Paulo Cohelo y hasta la Real Academia Española, contaron fuentes de la editorial.
"Fue una tarea de excelencia del Área de Investigaciones de la Policía Metropolitana, a cargo de Jorge Grillo. Es un procedimiento inédito en América Latina, el más grande. La red completa desde producción, distribución y ventas de libros falsos", dijo a Perfil.com Slonimsqui.
El juez federal Daniel Rafecas, que ordenó ayer alrededor de 14 allanamientos, investiga a los sospechosos por los delitos de infracción de marcas, por la reproducción de los logos de las editoriales, y por violación a la ley de propiedad intelectual.
(*) Especial para Perfil.com