El mapa genético estudiado por un grupo de científicos norteamericanos señala a casi 200 genes mutantes, la mayoría de ellos desconocidos hasta ahora, como cómplices del origen, expansión y crecimiento de los tumores cancerígenos.
Este descubrimiento, por otra parte, conduciría hacia vías más fiables de diagnosticar el cáncer en sus fases iniciales, donde el tratamiento es más fácil y puede ser personalizado, según la revista de divulgación científica Science.
Por la senda del ADN. Dichos genes, que transmutan en el cáncer de mama y en el de colon, son diferentes casi por completo, por lo cual se comprobó que existen formas de desarrollo muy distintas para cada uno de estos tipos de cáncer, informa hoy la cadena BBC Mundo.
Cada tumor individual parece tener un distinto diseño genético, lo que podría explicar por qué un mismo cáncer puede comportarse de manera tan diferente entre dos personas, detallaron los científicos.
"No hay dos pacientes que sean idénticos", explicó el coautor del informe, el doctor Victor Velculescu. Sin embargo, el descubrimiento de los efectos de genes identificados constituyen un material de incalculable valor para que los investigadores busquen nuevas maneras de tratar o detectar el cáncer.
