A partir del próximo lunes, la Comisión de Presupuesto de la Legislatura porteña comenzará a tratar, a pedido de Macri, una de las leyes que más polémica desatará en los próximos meses: tal como anticipó PERFIL en su edición del 13 de agosto pasado, luego de la amplia victoria en los comicios, el jefe de Gobierno decidió encarar una reforma tributaria que se cristalizará en un aumento del impuesto de Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL) de hasta un 300%, pero que será, en promedio, del 66% para 2012.
Ya no será bimestral, se abonará todos los meses y nadie pagará menos de $ 50 por mes.El problema principal es que hoy el ABL se calcula sobre el valor fiscal de una propiedad que, en la mayoría de los casos, representa entre el 10 % y el 20% del valor de mercado.
Por eso, y en función de las revaluaciones que se calcularán casa por casa en los registros de la Agencia de Ingresos Públicos (AGIP), variará el porcentaje de aumento. Existen, por ejemplo, cientos de casos de propietarios que, de aprobarse la iniciativa, serán profundamente castigados.
En barrios como Recoleta, Palermo o Villa Crespo, algunas propiedades recibirán un incremento de hasta un 1.566% por la pronunciada desactualización de los valores de sus casas, que no se modifican desde hace más treinta años, cuando la Comuna vivía otra realidad.
Se trata, en rigor, de 1.880 casos repartidos en toda la Ciudad que pagan valores “irrisorios” –repiten en el Gobierno– de ABL que oscilan entre $ 36 y $ 40 pero que, si avanza el proyecto de reforma tributaria, comenzarán a pagar $600 a partir de enero.
Alejandro B. es uno de los damnificados por el nuevo esquema. Tiene 23 años y vive desde hace varios años en un departamento de 50 metros en Recoleta, en Marcelo T. de Alvear al 200. Hoy paga menos de $ 40 por año y a partir de enero deberá desembolsar 16 veces más de lo que está acostumbrado: “Voy a recibir bien el aumento si el Gobierno mejora la iluminación y la limpieza de la Ciudad porque hoy el barrio está muy sucio, lleno de bolsas rotas. Aunque si me aumentan más de un 300 por ciento me parece injusto, me gustaría que el aumento sea gradual, a pagar en tres o cuatro años”, se resigna.
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