SOCIEDAD
Explosin en Ro Cuarto

El alumno muerto había salido y volvió a ingresar para ayudar

Así lo relató una estudiante durante una asamblea donde se cuestionó a las autoridades universitarias. “ Vendan la universidad pública, pero no nos maten. El hexano mata y también mata la irresponsabilidad”, señaló una docente.

| DyN

La muerte del joven estudiante y becario Juan Andrés Politano, de 22 años, generó una gran conmoción que se expresó en una asamblea realizada ayer, en la que se escucharon numerosos cuestionamientos a la conducción de la Universidad Nacional de Río Cuarto, donde se produjo la fatal explosión, ya que denunciaron que el hexano almacenado que originó la tragedia en la Planta Piloto estaba en el laboratorio debido a un acuerdo con una empresa privada. Mientras dos profesores se debaten entre la vida y la muerte, la polémica sobre el accionar de las autoridades crece en la comunidad universitaria.

En la asamblea de ayer, donde se vieron escenas dramáticas de llantos, los docentes de la alta casa de estudios advirtieron que si no se dan las condiciones de seguridad, no volverán a trabajar. Por ahora, hay duelo, mientras las autoridades se mantienen cautas, sin brindar mayores detalles sobre el lamentable hecho. Hoy a las 14, realizarán una nueva asamblea.

Según reflejó el diario El Puntal de Río Cuarto, la asamblea, en la que se congregaron cientos de estudiantes, trabajadores y docentes, comenzó cuando una alumna de tercer año de Microbiología, tomó la palabra luego del minuto de silencio que se hizo en homenaje a Politano. " Fue un héroe. A pesar de que recibió el aviso de irse volvió al lugar para salvar las vidas de otras personas”, dijo la muchacha, en medio de un silencio sepulcral.

Según la joven, Politano había salido de la Planta Piloto pero después decidió ingresar nuevamente para cerrar unas válvulas y evitar así que el estallido se propagara a todo el edificio. Nunca más volvió a salir. Es evidente la similitud de esta historia con la de cientos de jóvenes que murieron en el boliche Cromañón cuando volvieron a ingresar para tratar de rescatar a quienes no habían podido escaparse

La compañera de la víctima agregó un detalle desgarrador. “Nos íbamos a juntar a comer un asado esta noche", rememoró.

La asamblea prosiguió, en medio de escenas de dolor. El secretario general del gremio docente Marcelo Ruíz, tomó la palabra. “ No revisamos la política de seguridad de la Universidad cuando explotó el horno de Agronomía y Veterinaria. Necesitamos una política de seguridad que nos cuide a todos. Y una respuesta institucional. Hasta ahora sólo hay respuestas técnicas y evasivas. Necesitamos saber cuáles son los sectores de riesgo. Pedimos a la Comisión de Seguridad que nos diga cuál es el mapa de riesgo. Y hace falta una acción inmediata”, sostuvo, recordando el otro accidente que sufrió la Universidad de Río Cuarto.

"Hay sectores que plantean que nada pasó. Reclamamos la constitución de una comisión y de un presupuesto específico para seguridad. Si no tenemos contundencia, lo de Juan y los compañeros docentes que están grave será en vano. No volvamos a trabajar  hasta que haya condiciones óptimas de trabajo”, propuso el dirigente.

Todos somos Politano”, señaló Elena Berruti, docente de Ciencias Humanas. La profesora demandó que su muerte “no quede impune”. “ Hijos de re mil putas, a los que nos mintieron con el hexano. Véndanse, vendan la universidad pública, pero no nos maten”, clamó.

Berruti señaló que “ el hexano mata y también mata la irresponsabilidad”, por lo que pidió un “un gesto de grandeza” a las autoridades  y llamó a “no entrar más acá hasta que nos dejen de mentir”. La mujer agradeció el coraje de las maestras y demás personal del Jardín Maternal “Rayito de Sol”. "Salvaron a nuestros hijos que jugaban con masa a metros del hexano”, graficó.

En la asamblea, los docentes indicaron que “esto es síntoma de un deterioro que sufrimos hace tiempo” y exigieron "que esto no quede impune”.

Riesgo evidente. El diario La Voz del Interior consignó que Raúl Montenegro, docente de Ingeniería, reveló en la asamblea que, hace dos semanas, antes de que llegaran los tambores con hexano, discutieron entre los investigadores si debían realizar o no “una tarea”, porque “era evidente el riesgo”.

“La mayoría estaba de acuerdo en que no se podía cortarle a compañeros la posibilidad de desarrollar un trabajo. Me limité a decirle al director del departamento: ‘ Le vas a tener que dar cuenta al juez en algún momento’”, contó.

Montenegro no quiso dar precisiones, pero dijo estar seguro de que la universidad “no pagó semejante cantidad de solventes”.

Según trascendió, entre los heridos había una persona de una empresa de Rosario y de otra de General Deheza, lo cual, sumado a la actividad de destilación de aceites que habitualmente se realiza con el hexano, hizo presumir que se trataba de la Aceitera General Deheza.

"E l problema no es prestar servicios a terceros, sino cómo se trabaja. Se discute hoy si se cumplieron las normas de seguridad. Yo llevo 25 años acá y en mi facultad cada uno hace lo que le parece”, afirmó Montenegro.