De golpe, las cámaras lo enfocaron sólo a él. La fila de fanáticos avanzaba lento hacia el interior del Congreso de la Nación para darle el último adiós a Sandro y Juan Carlos Andrizzi, su doble, "el auténtico", era quien acaparaba las miradas y los flashes. "Hoy murió mi hermano", repetía alzando fotos de su ídolo.
Bajo el sol fulminante del mediodía y sobre la avenida Rivadavia, Andrizzi entonaba Una muchacha y una guitarra, posaba para las fotos, y aseguraba que seguiría imitando al "Gitano" tal como lo venía haciendo hasta ahora: "Si abandono soy un cobarde, él me puso en esto y yo voy a seguir. Ahora más que nunca".
En medio de las "nenas" que se acercaban para saludarlo, el imitador más famoso confesaba: "Estaba muy mal hasta ahora, pero la gente me reconfortó un poquito".