El hermano del relacionista público “Gaby” Alvarez declaró que es “inocente”, en el marco de la causa que lo investiga como presunto líder de una banda de narcos que comercializaba cocaína camuflada en esquíes.
A cara descubierta, Ariel Alvarez (31) fue trasladado antes de las 8 de la mañana desde la sede de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal Argentina (PFA) donde se encontraba alojado junto a los otros seis integrantes (cinco argentinos y dos españoles) de la banda, a pedido de la Jueza Federal Nº 1, Sandra Arroyo Salgado.
Alvarez negó formar parte de una banda narco criminal, según aseguró anoche su abogado Rodrigo González. “No hay indicios y vamos a refutar las acusaciones”, señaló el letrado a la prensa.
El otro supuesto cabecilla de la banda, el empresario Bernabé Moschella (38), sostuvo que “no tiene nada que ver” con la causa, pero reconoció que es amigo de Gaby Alvarez y que por eso conoce a Ariel.
“Es una locura todo lo que está sucediendo”, dijo sobre las versiones que indican que formaría parte de una organización narco criminal.
“La investigación comenzó hace seis meses a partir de la visualización de la compra de pastillas de éxtasis en una fiesta de música electrónica, con la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, y a partir de allí se pudo dar con los cabecillas de la banda”, detalló en conferencia de prensa el ministro de Seguridad, Sergio Berni.
La Policía Federal realizó este jueves diez allanamientos en domicilios de Capital Federal y uno en un country de la localidad bonaerense de Pacheco. En la casa de Ariel Alvarez se encontraron 21 kilos de cocaína y en una de sus oficinas los esquíes que se estaban confeccionando para enviarlos a Europa.
Se indicó que en cada esquí se camuflaba un kilo de cocaína valuada en más de 80 mil euros. Berni precisó: “En cada par de esquíes se mandaban dos kilos de cocaína, con lo que encontramos 24 kilos, que puestos en España es muchísimo dinero, porque cada kilo de cocaína en este estado de pureza se vende a entre 80 mil a 100 mil euros”.
Los detectives de la PFA secuestraron 24 kilos de cocaína, 1.300 pastillas de éxtasis, precursores químicos, materia prima para fabricar 30 mil pastillas de éxtasis, cinco automóviles, 16 celulares, dinero en efectivo, notebooks y documentación de interés para la causa.