“El morbo excita”, aseguran los usuarios de las comunidades de material porno y erótico casero entrevistados por Perfil.com. Y el exhibicionismo también, dicen los especialistas consultados por este sitio.
Es que, al cambiar el modo y el ámbito de interacción entre la gente, también cambió el modo que utilizan para excitarse.
“En la sociedad de hoy, el ámbito de lo público y de la interacción con el otro está muy reducida en comparación con otros momentos, donde ese intercambiar conocimientos e inquietudes se daban en un café o en los clubes. Ahora, ese espacio fue reemplazado por el ámbito de lo privado, de la casa. Si yo quiero aprender, ya no charlo con mis amigos para que me cuenten sus experiencias, ahora voy y prendo la computadora”, opina Harry Campos Cervera, psiquiatra y psicoanalista miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
Una forma de intercambiar curiosidades que, además, “se ampara en el anonimato y en la distancia geográfica que ofrece la red”, señala el especialista. Pero aclara que, a diferencia de otros modos de los anteriores modos de aprendizajes, que se basada en el diálogo con pares, “ahora para comunicarse se necesitan hacer producciones gráficas o escritas, que una vez contado queda allí, dando vueltas en la red, no desaparece”.
Pero además, “en la red tampoco existe el afecto del intercambio que había entre amigos de la barra, por ejemplo”, señala Campos Cervera.
Los cambios en la forma de provocar excitación en las personas también fueron señaladas por el doctor Adrián Sapetti, director del Centro Médico de Sexología y Psiquiatría, que también dirigeun sitio sobre sexo. “Antes también era necesario buscar la manera de que la sexualidad no sea rutinaria, pero esa búsqueda se daba de otra forma. Ahora, con internet, muchos encuentran el exhibicionismo la manera de provocar la excitación”, señala el especialista.
Sapetti destaca que es un buen recurso para salir de la rutina, aunque advierte: “Siempre y cuando no haya obligación o presión por parte de algunos de los miembros de la pareja para que el otro participe”.
(*) redactora de Perfil.com