Si bien es sabido que Bernardo Neustadt comenzó su carrera trabajando como periodista deportivo, lo que hiciera en esa función sigue siendo poco menos que un misterio. Sin embargo, conocer algo de lo que publicara allá por fines de los años '50 en la revista Racing puede ser útil para descubrir la génesis del discurso que años más tarde lo caracterizaría.
Aquellos eran tiempos duros para el fútbol argentino. La humillante eliminación sufrida por el Seleccionado en el Mundial ’58 generaba una fuerte crisis de identidad. De la noche a la mañana, todo lo que tradicionalmente caracterizaba al manejo de clubes y equipos quedaba denostado como fútil, antiguo o hasta nocivo. Había que modernizarse.
Fue entonces que, a tono con el sacrificio de intereses nacionales que el Gobierno proponía en pos de otro tipo de modernización, dirigentes, directores técnicos y periodistas comenzaron a llenarse la boca hablando de la necesidad de copiar modelos de organización, tácticas y trabajos físicos provenientes del extranjero, como única solución posible para los males del fútbol local.
Desde las páginas de Racing, Neustadt fue uno de los primeros adalides de esa "modernidad" que, según aquel discurso, debía llegar de la mano de "dirigentes-empresarios", que dejaran de lado los supuestos vicios de quienes estaban a cargo de los clubes y los manejaran ya no como tales, sino como verdaderas empresas productoras de entretenimiento.
No fue casual, en definitiva, que un Neustadt por entonces de 34 años promoviera como uno de esos hombres que iban a "salvar" al fútbol argentino a Alberto J. Armando, quien hacía punta entre aquellos dirigentes que proponían un "Fútbol Empresa" al que luego, en vistas del repudio que generaba esa expresión, decidieron disfrazar prometiendo "Fútbol Espectáculo" .
Exitoso empresario del rubro automovilístico, formado desde bien abajo en la estructura comercial de la Ford y defensor a ultranza de organizaciones al estilo norteamericano, Armando representaba el dirigente ideal para Neustadt, quien no dudó en impulsarlo como tal a través de Racing ni en saludar con beneplácito su triunfo en las elecciones presidenciales de Boca de fines de 1959.
Fue concretamente en la edición número 849 del tradicional medio partidario, publicada el 23 de diciembre de 1959, que aquel joven Neustadt publicó la nota a la que es posible acceder haciendo click en el link ubicado aquí debajo, en la que podrán encontrarse resumidos por él mismo sus pensamientos sobre aquel éxito electoral de Armando. Y, tal vez, algunos otros también.
"A Armando lo votó el fútbol", por Bernardo Neustadt
* redactor de Perfil.com