Agencias
“Fue una jodita”. Así explicó el hincha de Boca Junior Adrián “Panadero” Napolitano su decisión de arrojar gas pimienta a los jugadores de River Plate durante el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Libertadores 2015 en la Bombonera.
Con un escrito de 17 páginas, el Panadero contestó la demanda civil que le entabló Boca Juniors por los daños y perjuicios ocasionados por aquella situación, que eliminó al club de la competencia y le generó una sanción económica de la Conmebol.
“Sólo quiso hacer una broma –pesada, por cierto–, causarles molestias a los jugadores del equipo adversario”, explicó en el escrito que lleva la firma de su abogado. Pero “nunca tuvo la intención de llegar a dañarlos físicamente” y “jamás estuvo en su intención perjudicar al club de sus amores, que es lo más importante para él, luego de su familia”, dice el escrito que reproduce la agencia DyN.
Napolitano aclaró que “no es barrabrava” del club sino que es “lo que suele llamarse un verdadero fanático de Boca”. Además contó que el gas pimienta que utilizó lo “escondió en sus genitales” para sortear los cacheos.
“A punto de finalizar el entretiempo y cuando los jugadores de River estaban por reingresar a la cancha, se acercó al alambrado para hacer lo de siempre: insultar a los jugadores del otro equipo, propio del folclore del fútbol. Allí advierte que entre la manga y la escalera por la que se asciende hasta la cancha había un agujero, como que la lona estaba descosida o rota. Al advertirlo tuvo la pésima ocurrencia de sacar el tubito de gas pimienta y arrojar parte de su contenido en forma de spray hacia el interior de la manga, sin advertir que estaban pasando los jugadores de River. Simplemente accionó el spray hacia adentro de la manga, a título de broma”, resume el descargo de Napolitano.
Por ese supuesto agujero en la manga, solicitó que sea rechazada la demanda civil en su contra y culpó a la empresa encargada de su colocación, ISM International Soccer Marketing. “La actora incumplió en la correcta instalación y verificación del buen estado de conservación de la manga y con su incumplimiento, facilitó, hizo posible, la ejecución de su ‘jodita’. De haber estado la manga en perfecto estado de colocación y mantenimiento, nada, absolutamente nada de lo ocurrido habría pasado”, se defendió.