El barrio de San Telmo está convulsionado. Desde que se enteraron por los medios que el gobierno de Macri pretende, bajo el “Programa Prioridad Peatón”, peatonalizar sus calles, nivelarlas con las veredas, cambiar los clásicos faroles y quitar el adoquinado típico -con el propósito final de hacer un corredor para conectar Parque Lezama con Plaza de Mayo-, los vecinos se unieron para hacerse oír.
El gobierno no había consultado a la comunidad antes de avanzar sobre el proyecto y eso fue lo que motivó a los vecinos a unirse hace dos meses para convocar al diálogo. “Pedimos que nos escuchen”, explicaba Catherine Black, una hawaiana que llegó al país y se enamoró de San Telmo a tal punto que hoy es una defensora activa de los intereses del barrio.
Unidos por la misma causa, los vecinos crearon la agrupación San Telmo Preserva que, según una de sus coordinadoras, la periodista Patricia Barral, “surgió casi por necesidad para discutir con el Gobierno de la Ciudad y que ningún proyecto oficial venga a modificar y hacer un barrio nuevo sin antes conversar con la comunidad”.
Basta de Demoler. Después del reclamo de los vecinos y tras haber presentado un recurso de amparo, la justicia porteña había ordenado al Gobierno de la Ciudad suspender las obras sobre la calle Defensa. Pero ese primer paso ya fue superado. Ante el estado público que tomó el acuerdo suscripto ante la justicia por el Gobierno porteño y la asociación Basta de Demoler, finalmente se han logrado avances y compromisos de respetar la normativa de preservación del Casco Histórico por parte del Gobierno.
“Mediante este acuerdo, y atento a la voluntad del Gobierno por revisar el Proyecto Prioridad Peatón para San Telmo, se ha solicitado a la justicia el levantamiento de la medida cautelar, que se mantendrá en suspensión de plazos hasta que se declare resuelta la cuestión de fondo”, afirma Basta de Demoler en un comunicado de prensa.
El pacto consiste en conservar los adoquines, los cordones de granito original y la luminaria tradicional sobre la calle Defensa. Sin embargo, el problema no ha quedado resuelto del todo y la preocupación de los vecinos –aunque con esperanzas- sigue intacta.
El 21 de este mes el Ministerio de Desarrollo Urbano se va reunir con una comisión representativa de la comunidad para trabajar sobre los puntos y las inquietudes que todavía no han quedado resueltas. “Lo más importante para nosotros es el tema del tránsito y la restricción vehicular de la calle de Defensa. La comunidad está preocupada por los cambios en el medio ambiente, el paisaje y el estilo de vida de los vecinos, por eso pedimos que se realicen estudios de impacto socio ambiental”, explica Catherine Black.
“Para nosotros fue un gran paso para adelante ya que lo que venimos pidiendo hace dos meses es simplemente que nos dejen sentarnos en la misma mesa para discutir este proyecto”, aseguró Black, admitiendo “la buena voluntad” de parte del Gobierno.
Según informó el Ministerio de Desarrollo Urbano, entre el 31 de este mes y el 3 de noviembre convocarán a una audiencia pública para que se conozcan las modificaciones al proyecto original. “Todavía hay muchos puntos que consensuar”, dijeron.
En diálogo conPerfil.com, el arquitecto José María Peña, ex director del Museo de la Ciudad, expuso su preocupación, que es la de muchos: “Lo que se altere del hecho tradicional es irreversible y no se recupera nunca más. Los responsables después se van”. Y Catherine Black, de San Telmo Preserva, concluyó con optimismo: “Si todo sale bien en San Telmo –que es uno de los barrios más visibles de la Ciudad-, esto puede servir como ejemplo y modelo de comunicación entre el sector público y el pueblo”.(*) Redactora de Perfil.com