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En su autobiografía, Cumbio habla del sexo adolescente

En Yo, Cumbio, la flogger de 17 años más famosa cuenta los hábitos de su generación y habla de su intimidad. Bisexualidad, sida y embarazos.

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| Cedoc

Si tienen tanto morbo por saber qué hace un adolescente con su vida sexual, podrían preguntárselo a sus hijos. Porque cuando me preguntan si tengo novia, cómo me defino, o a que edad me dí cuenta de que me gustaban las nenas, la verdad es que no sabría qué responder.

Algunas de esas cosas las tengo claras (sí, tengo novia, y estoy enamorada de esa persona, y nadie me puede cuestionar nada porque esta es mi vida), pero otras cosas no las tengo tan definidas (no sé si soy bisexual o qué, y si no me importa a mí, menos les tiene que importar a las otras personas). El resto ni siquiera me interesa cuestionarmelo.

Ahora que me desquité, podemos tocar el tema en serio. Tengo novia, y tengo amigas que tienen novia, y amigos que tienen novio, y amigas que tienen novio, y amigos que tienen novia. Y no hay nada más que explicar ni de qué hablar. Todos mis amigos me aceptan así como soy y me quieren ver feliz, igual que yo a ellos.

Y esto no sólo se da entre los floggers sino entre todos los adolescentes en general. Creo que ahora la sexualidad es un tema que está más expuesto, aunque no sé si hay más gays que antes. Lo que sí es clave es que ahora ya no te tiene que importar qué está pensando de vos otra persona, sino qué es lo que te hace feliz. ¡Y los demás que hagan la suya!

Es más, nosotros ni siquiera usamos las palabras "gay" o "lesbiana": nadie está haciendo algo malo como para andar encasillándolo. Queda algo de prejuicio , obvio, pero creo que la mayoría de los chicos que no son heterosexuales y que son más juzgados, ya se dan cuenta de que, no hay que darle bola a lo que opinen los demás. Porque uno en la cama está con su novio o su novia y le da besos a esa persona, no a los que te señalan con el dedo.

Es verdad que yo estuve siempre con chicas. Los chicos no me llaman tanto la atención, me parecen aburridos. Pero en definitiva, a nadie le tiene que incumbir a quién beso yo. Reconozco que quizá también hay una moda: ahora muchas chicas se dan piquitos en broma, como desafiando.

Pero bueno, lo mío no es un chiste. Cuando voy a los boliches hay muchas chicas que me tiran de la remera para darme besos. Eso es un rollo, yo tengo novia y la respeto, no puedo andar besándolas a todas. Es verdad que todas las mujeres tienen alguna belleza, pero no todas las chicas me gustan. Y además yo ya tengo quien me dé besos.

Lea el fragmento del libro en la edición impresa de la revista Noticias.