¿Quién es esa pareja diabólica? Adriana, mucho mayor que él, tiene un perfil deslucido y sin mayores atractivos, y un Facebook carente de originalidades o cosas llamativas, que en esta tétrica historia quedará, a medida que se conozca la verdad de lo ocurrido, como una partícipe secundaria y subsumida a la “estrella” del caso: Daniel. Este raro espécimen, ya desde su Facebook, donde se identifica “grandilocuentemente” como “Danny, angelodemonio”, luce un aspecto bizarro, plagado su cuerpo de tatuajes (algunos exóticos), piercings y adornos variados, que hablan de su veta exhibicionista y “fanfarrona”, aunque esto solo no lo convierte en criminal. Sin embargo, sus conductas respecto de los malos tratos y privaciones que le propinaron a la víctima permiten anticipar que porta un desorden de personalidad, trastorno que causa significativos problemas a quienes lo padecen, pero sobre todo comprometen seriamente su relación con el resto de las personas. Tienen graves dificultades de adaptación al medio, proclividad a las transgresiones sociales y frecuente comisión de delitos. Insensibles al sufrimiento del prójimo, suelen disfrutar con el dolor ajeno y son refractarios a las pretensiones resocializadoras que se les administran cuando están privados de su libertad. Finalmente, debe señalarse que esta pareja irá presa por largo tiempo, aunque eso no servirá para que la niña-víctima pueda recuperar la vida perdida, y las consecuencias las arrastrará mientras esté en este mundo
*Médico psiquiatra y legista.
