SOCIEDAD
La vida on line

“Es compartir una fantasía con mucha gente”

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Inspirada en Snow Crash (1992), de Neal Stephenson, la novela ciberpunk que describe un mundo paralelo en Internet, la empresa Linden Labs creó Second Life en 2003 y no le fue nada mal. Desde su sede en San Francisco, Estados Unidos, planeta Tierra, el pasado 6 de febrero reportó más de tres millones trescientos mil “residentes” registrados y es, nada más ni nada menos, que una segunda vida on line.

Primero, es fácil.
El mismo site guía al usuario para crear su avatar (o alter ego) del que es posible elegir el aspecto entre algunos ya determinados, y eso posiciona al usuario en una suerte de etnia (animée, semianimal o humano tradicional). El nombre de pila es a gusto del consumidor y el apellido se selecciona de una lista preestablecida. Se baja el software adecuado y empieza la aventura. El límite, además de la cantidad de Lindens (moneda vigente ahí, con un valor fluctuante como el de cualquiera en circulación en la economía mundial) adquiridos, es la imaginación.

Lo interesante es que la gente no es espectadora sino coautora, y los que estamos ahí vamos creando un mundo. Esto no es un juego, es un contexto nuevo, otro plano más de la vida. Si fuera un juego, tendría un objetivo final y acá no lo hay”, explica Julián Watts, avatar de Julián Paredes y director de Argentonia, una empresa tan virtual como real que trabaja en ambos universos y agrega, frente a un crepúsculo de colores imposibles: “ SL es compartir una fantasía con mucha gente, una interfaz que ayuda a trasladar todo lo que pasa ahí a la vida real”.