Hace apenas dos meses lo demoraron en la localidad bonaerense de Carlos Casares. Lo acusaron por el robo a una jubilada que había sido engañada por un falso empleado bancario. Pero lo liberaron. A esa altura ya lo estaban siguiendo como uno de los responsables de una seguidilla de salideras bancarias ocurridas en los barrios porteños de Caballito, Flores, Floresta y Villa Ortúzar. Su estilo de vida fue una de las cosas que más sorprendieron a los investigadores: tenía un coche importado valuado en 1.300.000 pesos y actualmente residía en una de las zonas más caras de la Ciudad de Buenos Aires.
Cristian G. tiene 30 años y es uno de los cuatro sospechosos que fueron detenidos en los últimos días por la Policía Federal, acusado de integrar una organización que reactivó una modalidad que parecía haber pasado de moda: las salideras bancarias.
En 2010, y a partir de los cambios dispuestos por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), este tipo de delito descendió más de un 80%. La colocación de mamparas en la línea de cajas prácticamente expulsó a esos falsos clientes que hacían la cola con un solo objetivo: marcar a la persona que retiraba una suma importante de dinero.
La investigación que permitió detener a esta nueva organización demandó más de siete meses. La llevó adelante la División de Fraudes Bancarios de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal, que depende del Ministerio de Seguridad de la Nación. Se inició en noviembre del año pasado con la denuncia de un hombre que fue asaltado a la salida de una sucursal del Santander Río del barrio porteño de Villa Ortúzar. Dos motochorros le robaron 260 mil pesos sin efectuar un solo disparo. En el momento no lo supo. Pero el golpe se había iniciado unos cuantos minutos antes en el interior de la entidad bancaria cuando uno de los integrantes de la banda lo marcó mientras realizaba la operación.
Con los videos de las cámaras de seguridad, los investigadores consiguieron identificar al presunto marcador: Christian V., un empleado público de 35 años que fue capturado en un operativo realizado en su domicilio del barrio de Villa Devoto, el martes 28 de junio pasado. Allí secuestraron dos camperas con el logo de la Policía Federal, una pistola 22 y un cargador con nueve municiones del mismo calibre. También hallaron prendas de vestir similares a las que aparentemente vestía el día que supuestamente marcó a una de sus víctimas en el banco de Villa Ortúzar.
Cristian G., uno de los presuntos cabecillas, fue detenido en el barrio de Núñez, en su casa de la calle Manzanares, ubicada a media cuadra de la avenida Del Libertador y el Club Ciudad de Buenos Aires. En ese operativo, ordenado por el juez nacional en lo Criminal de Instrucción, Rodolfo Cresseri, secuestraron un exclusivo BMW X6, valuado en 1.300.000 pesos. El presunto líder estaba armado: tenía una pistola Bersa y una caja de cincuenta municiones.
En la avenida Gaona, a metros de la General Paz, apresaron a Matías A.B. (41). También poseía un coche de alta gama: manejaba un Chevrolet Cruze. En la localidad bonaerense de La Tablada, partido de La Matanza, cayó uno de los motochorros de la banda, de 35 años.
Los detenidos se encuentran incomunicados en la Unidad 28 del Servicio Penitenciario Federal. Según las fuentes, se analizarán los teléfonos secuestrados para poder acreditar su participación en los distintos hechos de los últimos meses, que, de acuerdo a la investigación y al mapa del delito que se viene desarrollando junto con la División Estadística, podrían estar relacionados a las salideras ocurridas en las zonas de Caballito, Flores y Floresta.