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Expropiaron la Mansión Seré y Automotores Orletti

Lo determinó esta noche la Legislatura porteña.La casona de la que escapó Tamburrini será de la Municipalidad de Morón, mientras que bajo la órbita local quedará la que fue la ex cárcel secreta del barrio de Flores.

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Los predios donde funcionaron los centros clandestinos de detención Automotores Orletti y la Mansión Seré durante la última dictadura militar fueron expropiados esta noche.

El inmueble donde funcionó Automotores Orletti, en el barrio porteño de Flores, fue cedido en forma definitiva al gobierno local mientras que la Mansión Seré formará parte del Municipio de Morón.

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y el intendente de Morón, Martín Sabatella, además de diversas organizaciones de derechos humanos presenciaron el debate, donde los legisladores decidieron la donación y cesión de ambos predios.

La iniciativa aprobada con relación al inmueble ubicado en Venancio Flores 3519, en Flores, contempla que la edificación se conserve en el estado actual, para resguardar un espacio que de cuenta en forma testimonial el devenir de la memoria colectiva de la Ciudad.

El centro clandestino era un antiguo taller que en su frente guardaba un cartel que decía “Automotores Orletti”, donde la dictadura torturaba a los secuestrados. También era conocido como “El Jardín”.

Por su parte, el predio en que funcionó la Mansión Seré fue cedido al Municipio de Morón y sus terrenos se destinarán al funcionamiento del parque polideportivo Gorki Grana, trabajos de excavación arqueológica y la preservación del uso del espacio ocupado por la Casa de la Memoria y la Vida.

Entre 1977 y 1978, la Mansión Seré funcionó como centro clandestino bajo la jurisdicción de la Fuerza Aérea y con el mando de la Policía Bonaerense de Castelar, que en la jerga de los represores era conocido como “Atila” o “La Mansión”.

El 24 de marzo de 1978, en coincidencia con el segundo aniversario del golpe militar, Claudio Tamburrini, Daniel Rusomano, Guillermo Fernández y Carlos García lograron evadirse, descolgándose desnudos y esposados desde una ventana del primer piso, lo que provocó el cierre de la prisión secreta.