María Araujo, hermana de un soldado argentino muerto en la guerra de Malvinas y cuya sepultura fue identificada por la Cruz Roja, solicitó este lunes contar con la posibilidad de viajar en forma asidua a las islas tal como hizo este lunes un contingente por primera vez en 35 años. "Ahora pedimos por más viajes porque en el continente quedaron muchas madres y padres que tienen a sus hijos (sepultados) en las islas", dijo Araujo, hermana del soldado Elbio Araujo y presidenta de la Comisión Familiares de Malvinas, en una conferencia de prensa.
Araujo fue una de las 248 personas que este lunes estuvieron en el cementerio de Darwin, en Malvinas, para despedir a los 90 soldados argentinos sepultados como NN tras la guerra de 1982 por la soberanía de las islas en el Atlántico Sur: "El momento que vivimos quedará grabado en nuestros corazones para toda la vida", reconoció Araujo, para quien el homenaje a caídos en Malvinas "cierra una herida y abre una etapa nueva. Es el comienzo de algo nuevo", aseguró.
Virginia Oviedo, sobrina del soldado Héctor Oviedo, comentó al canal Todo Noticias que vivió la despedida a su tío con mucha emoción. "Estuvimos con él. Lloramos. Fue la primera vez que vimos la placa con su nombre", expresó. Fernando Ramírez, familiar del soldado Rubén Ramírez, dijo que vivió en Malvinas un momento "de emoción y tristeza". "Ya había ido otras veces (al cementerio de Darwin) pero no estaba identificado todavía. Decía ‘Soldado argentino solo conocido por Dios’", recordó.
Por primera vez en 36 años, familiares de 90 soldados argentinos sepultados como NN en las islas Malvinas pudieron despedirlos hoy ante las placas con su nombre luego de que sus restos fueran identificados por la Cruz Roja en el cementerio de Darwin. "Fue un proceso de sanación para muchos argentinos", expresó el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, que representó al Gobierno nacional en Malvinas.
La delegación de 248 personas, entre familiares, autoridades, psicólogos y periodistas, estuvo durante unas tres horas en el cementerio de Darwin. Uno de los miembros de este grupo fue Sergio Aguirre, hijo del soldado voluntario Miguel Aguirre, que murió en la guerra cuando tenía 52 años. Al regresar, Aguirre expresó que cuando pueda conciliar el sueño va a "sentir mucha paz": "Me pasé 36 años pensando que el cuerpo de mi padre estaba en el mar".