“Ahora hay que ocuparse de los vivos”. Con dolor y resignación el ministro de Salud mendocino, Matías Roby, pronunciaba esta frase tras informar que su cuñado había asesinado a su hermana Mariana en un centro de salud de esa provincia, el pasado jueves. “Los vivos” a los que hizo referencia son los tres hijos de la pareja que se quedaron sin madre y sin padre.
En una de las escaleras del Hospital de Día de Palmares, Manino esperó a que Mariana saliera del baño. Sacó un arma y le disparó. A los segundos puso el revólver sobre su sien y gatilló. “Mi cuñado no aceptaba el pedido de separación que le había hecho mi hermana”, explicó el ministro. Ellos estaban en pareja desde hacía más de dos décadas y tenían tres hijos: Florencia (22), Agustín (20) y Facundo (18). “No encuentro justicia, ni perdón. Hoy perdimos a un padre y a un ángel, pero agradezco tener dos hermanos hermosos que me van a acompañar a salir adelante”, escribió en su Facebook Agustín y continuó: “Por lo bueno que tuvimos de él y por nuestra reina eterna. Porque ahora somos tres, y va a ser más que suficiente”.
El ministro informó a radio Nihuil que sus sobrinos se quedarán a cargo de uno de sus hermanos. Estos jóvenes se suman a una triste lista: los huérfanos del femicidio.
El año pasado 405 chicos perdieron a sus madres por esta problemática, según las estadísticas que maneja la Casa del Encuentro. Lo que significa 13% más de huérfanos (357) en comparación con 2012. De los 405 chicos, el 65% son menores de edad, según el relevamiento que realiza la ONG a partir de las noticias publicadas en todo el país. “Cada treinta horas una mujer es víctima de femicidio. Los niños muchas veces son testigos de la violencia y crecen en ese ambiente”, explica Fabiana Tuñón, miembro de la institución.
El 13 de agosto pasado, Claudia Ponce (26) fue asesinada de un escopetazo por su esposo, Alcides Coronel Luján, delante de sus tres hijos de 2, 4 y 6 años en su casa en Loreto, Santiago del Estero.
Un día después, Antonio González apuñaló a Carolina Giardino delante de su hijo de 7 años con síndrome de Down. Todo sucedió en la puerta de su casa en la cual vivía con sus tres hijos, en la localidad bonaerense de Pilar. González dejó tirada a su ex pareja sobre la vereda y se escapó con el nene, y lo dejó en la casa de su madre. Tres días después apareció ahogado en la costa de San Clemente.
Así fue como los tres hermanos tuvieron que abandonar su casa y su vida en Pilar para reinstalarse en la provincia de Santa Fe. Ahora están al cuidado de la abuela materna y sus tías. “El más grande está en shock, el del medio está destruido y el más chiquito todavía no entiende lo que pasa”, cuenta a PERFIL Rodolfo, un amigo de Carolina.
F., de 10 años, también quedó solo. El viernes pasado, su mamá, Nadia Carmouze (28), oficial de la policía bonaerense, discutió con su papá, Sebastián Soler (30), en su casa de la localidad bonaerense de Castelli. El tomó el arma reglamentaria de ella: le disparó y se disparó. Nadia murió en el acto, mientras que Soler permaneció dos días en terapia hasta que falleció.
El nene ahora vive a cien metros de esa casa, en donde sus padres quedaron envueltos en sangre, al cuidado de su abuela materna y una de sus tías. “F. fue al entierro de su mamá y al día siguiente al velorio de su papá, acompañado por uno de sus tíos”, contó a PERFIL un allegado a la familia. “Están buscando a un profesional para que lo ayude”, completa.
Para la presidenta de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer, Mabel Blanco, el apoyo psicológico resulta fundamental en estos casos. “Muy pocas veces estos chicos tienen apoyo psicológico, y eso hace que les sea más difícil superar el trauma de perder a sus dos padres en un instante. Viven con trastornos como temores, tienen pesadillas, a veces pueden presentar retrocesos, como orinarse en la cama, dislexia o problemas para hablar o leer. Si no logran superar lo sucedido, las hijas mujeres pueden llegar a tener muchas dificultades para establecer vínculos afectivos con futuros novios o parejas; mientras que los varones “pueden adoptar modalidades agresivas no sólo contra las mujeres”.
Trece mujeres asesinadas en el último mes
En el último mes, 13 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o ex parejas, según un relevamiento periodístico realizado por PERFIL. En la mitad de los casos el agresor decidió quitarse la vida después de cometer el femicidio. Como resultado, 18 chicos quedaron huérfanos. Esta trágica lista comenzó el 21 de julio pasado, cuando Alejandro Valdés (29) engañó a su ex pareja Yamila Roldán (27) y la convenció para que lo acompañase a buscar a su casa al hijo que tenían en común. En un canal de Berisso fue encontrado el cuerpo de la mujer. La había golpeado y ahogado. El se ahorcó en un árbol de la zona. En Orán, Salta, y en la localidad entrerriana de Villaguay se repitió el mismo desenlace fatal. En medio de una discusión, el salteño Víctor Castillo sacó un arma y le disparó en la cabeza a Gabriela Reynoso. Después se suicidó. En el otro caso, la secuencia fue similar, pero el arma utilizada fue un cuchillo. Ambos fueron identificados por sus apellidos: ella era Núñez y él, Heinze.También fueron asesinadas Débora Gómez, Yamila Gómez, Lucía Coronel, María Cristina Valdez y Claudia Ponce. Sus respectivas parejas fueron detenidas. Hace una semana, Diego Triunfini fue a buscar a su ex pareja a su casa de José C. Paz, pero no estaba. Allí se encontró con su suegra, María Andrada (58) y María Campanario (83). Las degolló a ambas. La lista la completa Carolina Giardino (asesinada en Pilar), Nadia Carmouze (Castelli) y Mariana Roby (en Mendoza).