Luca Singerman (22) pasó su segunda noche internado en un centro privado de la ciudad de Buenos Aires tras haber regresado de Uruguay, en un Buquebus con más de 400 personas, con un presunto positivo de coronavirus.
Singerman fue formalmente imputado ayer por la justicia federal, con el requerimiento de instrucción de la fiscal Alejandra Mángano, quien está de turno con el juez Luis Rodríguez.
En tanto, los pasajeros y tripulantes de la embarcación están aislados y en cuarentena en tres hoteles porteños. Por su parte, la empresa Buquebus anunció ayer a última la hora la “interrupción total” de sus operaciones hasta tanto “las fronteras sean nuevamente abiertas”.
En un comunicado sobre lo sucedido con Singerman explicaron que “debido a la presencia de un pasajero diagnosticado con covid-19 que evadió la cuarentena en Uruguay, se está realizando una exhaustiva desinfección de acuerdo a los protocolos sanitarios”.
Por el momento, Singerman está en cuarentena y se le practicó un hisopado para corroborar si efectivamente tiene coronavirus. El resultado no sólo será clave para su salud, sino también para el devenir de la causa judicial que puede tener que enfrentar. Si se comprueba que efectivamente es positivo podría ser imputado por haber propagado una enfermedad. El delito está contemplado en el artículo 202 del actual Código Penal que dispone entre 3 a 15 años de cárcel para las personas que propaguen “una enfermedad peligrosa y contagiosa”.
Desde su entorno resaltaron que su actitud fue la correcta y que dio aviso a las autoridades cuando recibió los resultados del test que se habría hecho en Uruguay, según explicaron, de forma “preventiva”.
Para las autoridades nacionales, la información sobre el resultado no puede ser tomada como prueba al tiempo que necesitan los resultados de los análisis en Argentina para evaluar la situación del joven.
Por lo pronto la justicia no comenzó aún con las medidas para avanzar en la investigación, por la vorágine en la que se vió subsumida a raíz de los hechos que se registraron en las últimas horas. “Se trabaja sobre lo urgente, no hay margen para más. Las medidas vendrán con el tiempo”, detallaron. Esas medidas podrían incluir desde exhortos a Uruguay hasta embargos para cubrir los gastos del operativo en caso de que se compruebe la posible responsabilidad del joven.
Los hechos. En el anochecer del jueves, se recibió un llamado al 911 por una embarcación de Buquebus con pasajeros, uno de los cuales sería portador del virus COVID-19. Entonces, se organizó un operativo con el SAME y varios móviles policiales.
Allí se lo aisló a Singerman, mientras que el resto de los pasajeros fueron trasladados en micros y con custodia policial al Hotel Panamericano, Escorial y Presidente.
Todos fueron acomodados y aislados en las habitaciones de los hoteles para que no mantuvieran contacto entre sí, mientras que efectivos de la Policía de la Ciudad quedaron de consigna para cumplimentar el aislamiento ordenado.
Pasión por el rugby y fanático de River
Luca tiene como pasión el rugby, es hincha de River y su padre es el economista Pablo Singerman.
Mientras se desataba la pandemia tanto él como sus amigos se encontraban conociendo distintas ciudades de Europa, pero decidieron volver cuando vieron que la situación empeoró. Una vez en Uruguay los exámenes se le realizaron luego del 10 de marzo y la clínica afirma haberle avisado los resultados.
Su padre, en cambio, dio otra versión. Dijo que estuvo estudiando en España por un intercambio universitario y, como se suspendieron las clases, decidió, con amigos, volver a Buenos Aires. “Primero fueron todos a la casa de uno en Montevideo donde, después de los catorce días en cuarentena, se hicieron estudios”, explicó en declaraciones al canal A24.
*Agustín Jamele