"Mato gente". De esa forma, sin más vueltas, un sicario rosarino le explicó al periodista Jorge Lanata qué es lo que hace para vivir. El trabajo parece simple: "Se contactan conmigo, me dicen más o menos quién es y yo hago todo, no pregunto, mato".
Nadie podría definir con exactitud cuánto vale su propia vida, o la de algún ser querido. Pero para los sicarios, las reglas son otras. "Tres mil, cuatro mil pesos, de ahí para arriba", contó uno. "Yo soy caro, sé que hay tipos que matan por cuatro mil pesos, pero yo mato por cincuenta mil", explicó otro.
Las modalidades se repiten entre ambos. "Un tiro silencioso, por ahora no fallé nunca", dijo el más caro de los asesinos. "Yo mato desde arriba de la moto, con uno o dos disparos", detalló el otro. Los tiempos también. Ambos dijeron matar a una persona cada dos meses pero a distintos perfiles de víctimas: uno dijo matar a abogados y empresarios. El otro dijo asesinar, habitualmente, a narcotraficantes de poca monta. "Por lo general cuesta cuatro mil pesos", reiteró.
El informe de Periodismo Para Todos generó todo tipo de repercusiones y suspicacias. El secretario de Seguridad, Sergio Berni, se limitó a decir que "sería bueno aportar soluciones y no generar un comercio en torno a esto". Mucho más duro fue el periodista Luis Ventura, que trató de "gordo chanta" a Lanata: "Seguramente son actores que pasarán a cobrar su bolo por el programa".
Las comparaciones son inevitables. Cuatro mil pesos, lo mismo que gasta, en promedio, el juez Norberto Oyarbide en dos días de almuerzos en Puerto Madero (el magistrado gasta 60 mil pesos mensuales en almuerzos para él y sus asistentes en restaurantes de lujo, a los que va cinco veces por semana).
Por ejemplo, si contrata a los sicarios que presentó Lanata, un docente de la provincia de Buenos Aires que hace doble turno puede convertirse en el actor intelectual de dos homicidios por mes, cada uno tienen penas de 8 a 25 años de prisión pero, para uno de estos sicarios, estar preso no lo excluye de salir a matar.
Alguien con el sueldo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner -estimado en 48 mil pesos- podría costear 12 homicidios por mes. En porcentaje, mandar a asesinar a alguien, cuesta el 8,6% del salario de un legislador nacional o el 0,08% de lo que pagó el empresario Matías Garfunkel por el prendedor de Eva Perón, que lució su mujer, Victoria Vanucci.
Ya lo dijeron los protagonistas, la operación no es tan dificil. "Si vos querés bajar a alguien, me llamás, nos vemos en persona; me decís quién es, en cuánto lo querés bajar, y listo". Simple.
Vea las 15 comparaciones en la siguiente infografía de Perfil.com.
