SOCIEDAD
OTRO CASO TEJERINA?

Joven estudiante universitaria está presa, acusada de matar a su bebé

Valentina Cano es hija de un ex funcionario y sus padres no habían advertido el embarazo.

Drama. La chica y su bebé fueron encontrados por sus padres en el baño de la casa de la sexta sección, una zona residencial de Mendoza, y trasladados al hospital Lagomaggiore
| Agencia Mendoza

Valentina Cano sorprendió a todos. Con 23 años, fue hija y estudiante ejemplar hasta el lunes pasado, cuando sus padres –Jorge Cano y Ana María González– la encontraron inconsciente en el baño de su casa, ubicada en un barrio residencial de la ciudad de Mendoza. Según contó su mamá, Valentina estaba tirada sobre un charco de sangre. A su lado, estaba su hija recién nacida. Minutos más tarde, ambas fueron trasladadas al hospital Lagomaggiore. La beba no sobrevivió y Valentina quedó detenida.

La fiscal Claudia Ríos no dudó. Imputó a Valentina por homicidio calificado por el vínculo, la misma figura por la que condenaron a Romina Tejerina, en junio de 2005. Tenía golpes en la cabeza y cortes en el cuello y el torso.

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A diferencia de Tejerina, Valentina proviene de una familia de clase media. Su padre, Jorge Cano, fue el jefe de prensa del ex gobernador de Mendoza Roberto Iglesias. Cuando se conoció el episodio, miembros del ambiente judicial y político se interesaron en el destino de la joven, que permaneció internada en el hospital hasta el jueves pasado, cuando los médicos le dieron el alta. Pero no volvió a casa. Ahora duerme en una celda del Centro de Detención Transitorio, a un paso de la prisión o la libertad. Todo dependerá del resultado de las pericias psiquiátricas que comenzaron este viernes. La Justicia quiere determinar si Valentina “comprendió la criminalidad del acto”, según explicó Ríos a PERFIL. De hacerlo, enfrentaría una pena de prisión perpetua. En caso contrario, sería declarada inimputable. Valentina se abstuvo de declarar.

Entre otros elementos, la fiscal analiza los testimonios de los médicos que recibieron a la beba y a su mamá. Según el primer informe forense, la recién nacida falleció a causa de una fractura de cráneo. Sin embargo, Ríos espera el resultado de estudios más complejos y de ADN. Por otro lado, la causa cuenta con elementos secuestrados en un allanamiento dirigido por el fiscal Carlos Torres. En el baño de la casa se incautaron “maquinitas de afeitar, sin las hojas, y el mango con restos de manchas hemáticas”, indicaron fuentes de investigación.

En las primeras horas, el abogado Sergio Rocamora logró mantener en el hospital un día más a Valentina. Oscar Labay, un psiquiatra particular, certificó que su estado psíquico no era apto para ser trasladada a prisión y la medicó con psicotrópicos. El diagnóstico hablaba de una “reacción depresiva” y riesgo de suicidio. Rocamora dejó la defensa, pero continúa convencido de que “Valentina no tuvo ánimo ni intención de matar”.

Fuentes allegadas a la familia dijeron a PERFIL que “Valentina tenía la vida perfecta y ella cumplía con todas las expectativas de su entorno”.

Secreto. La familia Cano vive en la sexta sección, un barrio de clase media de Mendoza. Valentina tiene dos hermanas de 21 y 15 años, cursaba el último año del Profesorado de Inglés de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo).

La joven mendocina, que supera 1,65 m y pesa unos 50 kilos, habría ocultado el embarazo, hasta que a la semana 39 de gestación, el nacimiento fue inevitable. Su padre aseguró a PERFIL que “no sabía que estaba embarazada” y relató lo sucedido: “El domingo vimos que tenía los pies hinchados y le dijimos que fuera al médico. Pero no quiso porque el lunes tenía que ir temprano a la facultad. Cuando ese día volvió, cerca de las 18, se recostó en el sofá y se puso a estudiar. Luego, nos dijo que se iba a bañar. Como tardaba mucho, fuimos a verla al baño y la encontramos tirada en el suelo, desmayada”.