Gerardo Rabinovich es especialista del Instituto Argentino de Energía (IAE) “General Mosconi”. A raíz del accidente ocurrido tras la explosión del edificio en Rosario, el experto traza un panorama del consumo de gas en la Argentina con respecto a otros países y analiza las medidas de seguridad existentes y el rol de los gasistas. “En el último tiempo se produjo un importante deterioro de las inversiones en redes y un descuido en la renovación de los recursos humanos. Probablemente este deterioro se traslade a la calidad del servicio y a las condiciones de seguridad con que se presta”, aclara.
—¿Cómo es el consumo de gas residencial en Argentina con respecto a otras ciudades del mundo?
—Nuestro país tiene una penetración del gas natural en su abastecimiento de energía primaria del 52%. Es decir, una de cada dos unidades de energía que usamos proviene del gas natural. Es una de las penetraciones más altas del mundo. Por ejemplo, Francia no supera el 16%, y a nivel mundial este indicador es del 21%. En el sector residencial, el gas natural es responsable de casi el 65% del consumo de energía de los hogares. Esta cifra no tiene comparación en América latina, y muy pocos equivalentes en el mundo. Un país que usa mucho gas como nosotros es Rusia.
—¿Considera que los países tienen menos instalaciones de gas por seguridad, o por cuestiones de eficiencia energética?
—El gas lo usan mayoritariamente los que lo tienen como recurso, o los que lo pueden comprar. No es intrínsecamente peligroso, es limpio en comparación con el carbón o la leña. Tiene buena eficiencia energética. Pero la condición es que los que trabajan en la industria sean rigurosos. Acá no se puede atar con alambres.
—¿Cuál es su opinión respecto de las condiciones de seguridad existentes?
—Respecto de los temas de seguridad y controles, la experiencia que ha dejado Gas del Estado ha sido excelente. Muy pocos accidentes se recuerdan, y la formación del personal técnico ha sido la mayor preocupación de la industria. Esta cultura se trasladó a las empresas privatizadas. Sin embargo, en los últimos años estamos presenciando una degradación de los servicios públicos, como consecuencia de políticas desacertadas que han debilitado a las empresas.
—¿Toda la seguridad de un edificio depende del gasista? ¿Esto es así en otros países?
—La figura del gasista apareció en nuestro país después de las privatizaciones. El responsable primario siempre es la empresa prestadora, luego el ente de control y por último el gasista. Este último no debería tener acceso a determinados elementos de la red sin la presencia de un inspector de la empresa. La organización de la industria varía en cada país; probablemente haya lugares donde existen los gasistas y en otros sea personal de la empresa el que hace estas tareas.