“Querida Marisa, no te voy a ver x un tiempo, ni a vos ni a mamá, son las que más quiero en
la vida.
Estoy triste y dolorido de cuerpo y alma, se perdieron 2 vidas inocentes, pienso en la
pareja q’ hiba en la moto y tengo mucha tristeza, pienso en la flía de ellos y en la
mía”, escribió a su familia Ariel Coelho de Oliveira, el colaborador del
relacionista público “Gaby” Álvarez que conducía el vehículo que terminó con la vida de
dos turistas argentinos en un fatal accidente.
“
Yo estoy encerrado pero ellos sin vida, acá valorás hasta lo más mínimo q’ tenía
cuando estaba en libertad, hasta el amor verdadero de mi flía y mi novia. Las quiero.
Ariel”, culmina la misiva.
El jueves el horario de visita terminó temprano para Ariel Coelho de Oliveira: su madre
Margarita y su hermana Marisa tuvieron que salir antes del penal de Las Rosas para llegar a tiempo
al aeropuerto.
Sabiendo que mañana no irá a verlo su familia, Ariel pidió prestado un anotador a otro preso
y escribió una carta. Antes, su jefe había hecho llegar a los medios unas líneas que alguien envió
desde su casilla de correo, tipo gacetilla de prensa.
“Sentí ganas de morir y me puse a llorar”, expresó respecto a los años
de trabajo destruidos con el choque. Ni una palabra sobre los dos jóvenes muertos.
La vida en el penal. Ya en los inicios, Blas cayó mejor entre la población carcelaria.
Después de las primeras noches, sus compañeros
se quejaban del llanto y nerviosismo constantes del relacionista. Pasó largos días
sin dejar el pabellón y cubrió una ventana con frazadas.
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