La Cámara Civil y Comercial de Mendoza confirmó una sentencia de primera instancia que ordena indemnizar por "daño moral" a una mujer que, imposibilidada de comprar su propia casa, tuvo que vivir “con sus suegros" en su vivienda, lo cual "genera daños al espíritu”.
La demandante había sido beneficiada con una cesión de derechos y acciones de una cooperativa para comprar una vivienda familiar. Pero el inmueble ya había sido adjudicado a otra persona.
Según informó el Diario Judicial, la escribana responsable de la cesión fue condenada a pagar 2.500 pesos por los perjuicios “espirituales” que sufrió la accionante.
La Sala Cuarta del Tribunal de Apelaciones, integrada por los magistrados Mirta Sar Sar, Claudio Leiva y Silvina Furlotti, sostuvo que la escribana frustró la posibilidad de la demandante de “acceder a una vivienda familiar”, lo cual la obligó a vivir "con sus suegros en una casa de propiedad de éstos, todo lo cual, genera daños al espíritu”.